viernes, 31 de agosto de 2012

Confidencia: Estar confiado en Dios
por Jon Walker
“Dios trabaja en ustedes y les da el deseo y el poder
para que hagan lo que a él le agrada.” (Filipenses 4:13NTV)
El secreto para vivir con confianza es tener confianza en la compasión ilimitada y en el poder de Dios, y dejar de lado la confianza en nosotros mismos.
Cuando creemos que tenemos que hacerlo por nuestra cuenta o cuando pensamos que lo estamos haciendo por nuestra cuenta, nos encontramos en una base incierta como el hombre que edificó su casa sobre la arena. No importa que tanto confiemos en nosotros mismos, eventualmente las lluvias vendrán, llevándose consigo la confianza en nosotros mismos.
Pero cuando tenemos confianza en Dios, sabemos en el fondo que siempre vamos a ser capaces de "Acercarnos al trono de la gracia con confianza, para que podamos recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento de necesidad" (Hebreos 4:16 NVI).
Con confianza en Dios, sabemos que somos amados y aceptados por Dios; sabemos que somos creados y moldeados por Dios; sabemos que tenemos talentos y habilidades que nos ha dado Dios. Mediante la comprensión de nuestra verdadera posición en Cristo, podemos estar seguros de que Dios está con nosotros todos los días hasta los confines de la tierra, aun cuando abrimos la boca para hablar, incluso en todo (Filipenses 4:13).
Habla sobre el tema
Crees que Dios  "trabaja en ti, dándote el deseo y el poder para que hagas lo que a Él le agrada”  (Filipenses 2:13 NTV). ¿Cómo sería tu vida diferente si tuvieras confianza en Dios y no en ti mismo?

Puedes estar pensando, "Hay algo que me gustaría hacer, pero no creo que lo pueda hacer." Este tipo de pensamiento puede impedirte siquiera intentarlo, pero si confías en Dios y en lo que Él puede hacer a través de tu vida, entonces hay muchas razones para seguir adelante y no buenas razones para estar quieto. ¿Qué vas a hacer hoy para avanzar en confianza?
SANO Y NORMAL»
por el Hermano Pablo

Le encontraron mil ochocientas corbatas de seda; 88 pares de shorts, también de seda; 172 juegos electrónicos, 45 saleros y pimenteros; 32 peines; 28 portaplumas; y una enorme cantidad de billeteras y carteras de cuero fino.
Aquella colección tenía un valor de 45 mil dólares y era el orgullo de su dueño, Ka Kin Chang, de Hong Kong. Ya satisfecho, disfrutaba de su colección cuando la policía se lo llevó preso. Todos esos objetos los había robado a lo largo de ocho años.
«Este hombre es sano y normal —opinó el psiquiatra que lo evaluó—. No me explico por qué robaba.»
He aquí un juicio psiquiátrico interesante. Según los parámetros de la psiquiatría, Ka Kin Chang era un hombre «sano y normal». No había nada en él que se pudiera catalogar como complejo, aberración, paranoia o esquizofrenia. Por el contrario, era un hombre de negocios, culto, educado e inteligente, completamente «sano y normal». Pero robaba. Y además de robar, mentía y llevaba una vida doble, y estaba totalmente inconsciente del daño que hacía. Sin embargo, para la psicología, o por lo menos para el psicólogo que lo examinó, era un hombre «sano y normal». Con razón nos preguntamos: ¿Cómo puede la psiquiatría declarar sano y normal a un sujeto que lleva esa clase de vida?
Si ponemos a ese hombre bajo el escrutinio de las eternas e inmutables leyes divinas, éstas nos muestran que él era un pecador con un carácter corrupto y que por consiguiente no reunía las condiciones del eterno Dios para ser considerado sano y normal.
Los psicólogos podrán dar cualquier dictamen respecto a los delitos que cometen las personas, pero la eterna e infalible Palabra de Dios afirma que la paga del pecado es muerte (Romanos 6:23). Es decir, la Biblia considera que el pecado es el causante de la muerte, y si el pecado causa la muerte, entonces es una enfermedad, y más aún, es una enfermedad mortal. De modo que al pecador no se le puede calificar como «sano y normal».
Dios determina con justicia lo que es bueno y lo que es malo, lo que es aceptable y lo que es reprochable, y nos dice que todos necesitamos ser transformados. Esa transformación es imprescindible porque estamos enfermos. Sólo Cristo puede limpiar al injusto. Él ya pagó en la cruz el precio de nuestra limpieza. Él quiere vernos sanos.

jueves, 30 de agosto de 2012


30 ago 12
«MI HIJA [SOLTERA] ESTÁ EMBARAZADA»
por Carlos Rey

En este mensaje tratamos el caso de una mujer que «descargó su conciencia» en nuestro sitio www.conciencia.net. Lo hizo de manera anónima, como pedimos que se haga; así que, a pesar de que nunca se lo había contado a nadie, nos autorizó a que la citáramos, como sigue:
«Soy madre soltera. El papá de mi hija falleció hace doce años.... He sacado a mi hija adelante. Ahora ella tiene dieciocho años. Hace [unos] días me dijo que está embarazada. ¡Mi mundo se me vino encima! Yo soñaba con verla siendo toda una profesional. El muchacho es de la misma edad de ella, sin trabajo. Ella ha sido una niña muy buena. Yo la estoy apoyando, aunque mi situación económica no es buena.
»¡Estoy tan deprimida! No le digo nada a ella. No quiero que ese bebé, que no tiene nada de culpa, sufra. Pienso que no he sido una buena madre. ¿Qué hago?»
Este es el consejo que le dio mi esposa:
«Estimada amiga:
»Usted se siente muy sola en estos momentos y cree que nadie puede comprender lo que está sufriendo. Lo cierto es que casi toda familia tiene a un pariente que se ha encontrado en esa misma situación, aunque muchas veces es algo que se mantiene oculto.
»Cuando nuestro Padre celestial creó a Adán y a Eva, les dio la facultad de escoger entre el bien y el mal. Les dio una sola regla sencilla que seguir, con la opción de obedecerla o de quebrantarla. Y ellos desobedecieron. ¿Acaso eso hace que Dios sea un mal padre?
»No, Dios es un padre perfecto. Cuando Adán y Eva quebrantaron la regla, y el pecado entró así en el mundo, Dios no dejó de amarlos. Y cuando nosotros, como sus hijos, quebrantamos sus reglas y pecamos, Él tampoco deja de amarnos a nosotros. De hecho, nos ama tanto que dio a su Hijo Jesucristo para perdonar nuestro pecado.
»Tal vez usted haya sido un magnífico ejemplo para su hija. Pudo haberle enseñado a distinguir entre el bien y el mal. Y tal vez le haya explicado que el plan de Dios es que las relaciones sexuales se den sólo dentro del matrimonio. Pero su hija de dieciocho años es una adulta, y los adultos toman sus propias decisiones.
»¿Entonces qué debe hacer usted? La respuesta es que debe seguir haciendo lo que ha hecho hasta ahora. Perdonar a su hija es seguir el ejemplo de Dios, quien nos perdona cuando se lo pedimos. Sin embargo, así como Dios permite que afrontemos las consecuencias naturales de nuestra conducta, también usted debe permitir que su hija encare las consecuencias naturales de lo que ha hecho. Ella tendrá que trabajar para sustentar al bebé, aun cuando por eso no pueda seguir sus estudios.
»Si su hija y el joven no se aman y no se casan, la animo a que investigue los recursos legales que tiene en su país para asegurar que él también pague el sustento que le corresponde. Hay muchos jóvenes que creen que deben poder disfrutar de relaciones sexuales sin responsabilidad alguna y sin consecuencias. Por eso muchos países tienen leyes que motivan a los padres jóvenes a que hagan lo debido aun cuando sean reacios a hacerlo.
»La felicito por comprender que esa preciosa criatura que va a nacer no tiene culpa alguna de lo sucedido. ¡Quiera Dios que se críe en un hogar amoroso y seguro!»
NUESTRO PAN DIARIO
30/08/2012
Lavar oro
Lectura: Lucas 18:18-30
… sometida a prueba vuestra fe, [es] mucho más preciosa que el oro… —1 Pedro 1:7
Mientras estábamos de vacaciones en Alaska, visitamos la mina de oro El Dorado, cerca de Fairbanks. Después de recorrer el lugar y ver algunas técnicas de minería de la época de la Fiebre del Oro, pudimos lavar un poco de este precioso mineral. Nos dieron a cada uno un recipiente y una bolsa con tierra y piedras. Después de poner el contenido en la batea, agregamos agua y lo movíamos en círculos para que se desprendiera el cieno, y el oro, que es pesado, se depositara en el fondo. Aunque habíamos visto trabajar a expertos, no tuvimos buenos resultados. ¿Por qué razón? Preocupados por la posibilidad de desperdiciar algo de valor, no queríamos desechar las piedras que no valían nada.
Esto me recuerda que, a veces, las posesiones nos impiden descubrir lo realmente valioso. Jesús tuvo un encuentro con un hombre rico a quien le ocurrió esto. Su riqueza terrenal le importaba más que su tesoro espiritual (Lucas 18:18-30). El Señor le dijo: «¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!» (v. 24).
Aunque el dinero no es malo, puede impedir que heredemos riquezas verdaderas si el acumularlo es nuestra meta en la vida. Acopiar riquezas es insensato porque la fe genuina, no el oro, es lo que nos sostendrá en las pruebas y dará como resultado alabanza, honra y gloria a Dios (1 Pedro 1:7).
—JAL
Mantén la mirada en Jesús para que los tesoros terrenales no te hagan perder de vista las riquezas espirituales.
Deja a un lado tu Duda para Construir Confianza
por Rick Warren
"Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente;
no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará
contigo en dondequiera que vayas" (Josué 1:9 RVR)
La duda es el único y mayor enemigo de la confianza. Limita tu potencial. Causa demora. Esto hará que te pierdas lo mejor de Dios. Santiago 1:6 dice: “Pero cuando oras, debes creer y no dudar. El que duda es como una ola en el mar que es impulsada y llevada por el viento.” Cuando dudas, permites que tus circunstancias te controlen.
"Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas" (Josué 1:9). Dios le dice a Josué que se "¡deshaga de esas dudas! ¡Desterrarlas!" Tíralas por la ventana. Sácalas de la vista. No trates nunca más con estas. Desásete de ellas.
Hay dos cosas que roban nuestra confianza y provocan duda:
1. Compararse con los demás hace que dudes. 2 Corintios 10:12 dice que las personas que se comparan con los demás son tontos. Nunca te compares con nadie porque eres único. Dios te hizo a ti, Él no quiere que seas otra persona. La mayoría de las personas comienzan en la vida como originales y terminan como copias al carbón - y copias de mala calidad.
Dios dice que no te compares por dos razones: una, siempre encontrarás a alguien que está haciendo un mejor trabajo que tú, y te desanimarás. Y dos, siempre encontrarás a alguien que está haciendo un trabajo no tan bueno como el tuyo, y te llenarás de orgullo. No te compares. ¡Eres único, así que eres incomparable!
2. Los fracasos del pasado causan duda. Algunos de ustedes piensan que debido a ciertas cosas en su pasado, Dios nunca podría usarte. ¿Has leído la Biblia? Los líderes espirituales de la Biblia no tenían un récord estelar. Moisés era un asesino. David fue un adúltero y un asesino. ¡Abraham dejó a su esposa - dos veces! Jacob robó a su hermano la herencia de la familia. Pablo era un terrorista religioso. ¡Pedro fue un ambicioso, bebía mucho, era un pescador! Y probablemente discutió como uno, también. Dios usa a la gente con pasados ??imperfectos, porque ninguno de nosotros es perfecto. Dios usa a la gente común y disfuncional. Si Dios sólo usara a las personas perfectas, ¿qué se haría en este mundo?
No importa donde has estado. Lo que importa es la dirección en la que tus pies se dirigen en estos momentos.
Habla sobre esto
Si Dios te dice que destierres una duda, entonces tienes una opción. Puedes poner en duda tus dudas en lugar de creer en ellas. Hoy en día, inicia un hábito de reconocer tus dudas, pero no elegir creerlas. ¿Cómo afecta esto tu confianza?

Cree en la Biblia cuando dice que Dios quiere usarte, incluso antes de que nacieras te puso en este planeta con un propósito, y va a utilizarte para el ministerio. ¿Cómo vas a dejar que tus dudas te impidan hacer lo que Dios te ha llamado a hacer en el ministerio?
Deja a un lado tu Duda para Construir Confianza
por Rick Warren
"Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente;
no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará
contigo en dondequiera que vayas" (Josué 1:9 RVR)
La duda es el único y mayor enemigo de la confianza. Limita tu potencial. Causa demora. Esto hará que te pierdas lo mejor de Dios. Santiago 1:6 dice: “Pero cuando oras, debes creer y no dudar. El que duda es como una ola en el mar que es impulsada y llevada por el viento.” Cuando dudas, permites que tus circunstancias te controlen.
"Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas" (Josué 1:9). Dios le dice a Josué que se "¡deshaga de esas dudas! ¡Desterrarlas!" Tíralas por la ventana. Sácalas de la vista. No trates nunca más con estas. Desásete de ellas.
Hay dos cosas que roban nuestra confianza y provocan duda:
1. Compararse con los demás hace que dudes. 2 Corintios 10:12 dice que las personas que se comparan con los demás son tontos. Nunca te compares con nadie porque eres único. Dios te hizo a ti, Él no quiere que seas otra persona. La mayoría de las personas comienzan en la vida como originales y terminan como copias al carbón - y copias de mala calidad.
Dios dice que no te compares por dos razones: una, siempre encontrarás a alguien que está haciendo un mejor trabajo que tú, y te desanimarás. Y dos, siempre encontrarás a alguien que está haciendo un trabajo no tan bueno como el tuyo, y te llenarás de orgullo. No te compares. ¡Eres único, así que eres incomparable!
2. Los fracasos del pasado causan duda. Algunos de ustedes piensan que debido a ciertas cosas en su pasado, Dios nunca podría usarte. ¿Has leído la Biblia? Los líderes espirituales de la Biblia no tenían un récord estelar. Moisés era un asesino. David fue un adúltero y un asesino. ¡Abraham dejó a su esposa - dos veces! Jacob robó a su hermano la herencia de la familia. Pablo era un terrorista religioso. ¡Pedro fue un ambicioso, bebía mucho, era un pescador! Y probablemente discutió como uno, también. Dios usa a la gente con pasados ??imperfectos, porque ninguno de nosotros es perfecto. Dios usa a la gente común y disfuncional. Si Dios sólo usara a las personas perfectas, ¿qué se haría en este mundo?
No importa donde has estado. Lo que importa es la dirección en la que tus pies se dirigen en estos momentos.
Habla sobre esto
Si Dios te dice que destierres una duda, entonces tienes una opción. Puedes poner en duda tus dudas en lugar de creer en ellas. Hoy en día, inicia un hábito de reconocer tus dudas, pero no elegir creerlas. ¿Cómo afecta esto tu confianza?

Cree en la Biblia cuando dice que Dios quiere usarte, incluso antes de que nacieras te puso en este planeta con un propósito, y va a utilizarte para el ministerio. ¿Cómo vas a dejar que tus dudas te impidan hacer lo que Dios te ha llamado a hacer en el ministerio?

miércoles, 29 de agosto de 2012

Ten Confianza en la Fortaleza de Dios
por Jon Walker
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” (Filipenses 4:13 NVI)
Dios quiere que confíes en la verdad de que, a través de Él, todas las cosas son posibles.
Cada día de tu vida, tienes la opción de que:
Puedes enfocarte en los obstáculos ante ti, o...
Puedes estar confiado en la verdad de que Dios está derramando su fortaleza en ti.
Cuando los Israelitas se acercaron por primera vez a las fronteras de Canaán, Moisés envió exploradores a la tierra prometida para evaluar la situación. Diez de los exploradores volvieron con informes que se enfocaron en los gigantes de la tierra, hombres tan grandes y poderosos que los exploradores temían que no podían ser derrotados.
Sin embargo, dos de los exploradores permanecieron confiados en la promesa de Dios que iba a entregar la tierra a los israelitas. Uno de esos exploradores, Caleb, callo a los demás cuando dijo: “¡Vamos a conquistar ese territorio! ¡Podemos hacerlo!” (Números 13:30b NVI). Él se enfoco en la magnitud de Dios y no la magnitud de cualquier gigantesco reto por delante.
Hoy, puedes puede estar enfrentando gigantes que desafían tu fe. Algunos de los gigantes te rodean - gigantes como el  tiempo y la energía, las finanzas y los recursos, el miedo y la falta de fe.
Dios quieres que confíes en que él está vertiendo su fortaleza  dentro de ti para que puedas hacer lo que sea necesario para superar estos obstáculos. Él dice que tú puedes tomar posesión de Su misión prometida, puedes estar seguro de que puedes hacerlo porque Dios te está fortaleciendo.
Considera esto: Dios quiere aumentar tu fe y una manera que él lo hará es mostrándote cómo, junto a Él, es posible derrotar a los gigantes que te impiden moverte en Su misión prometida.
Habla sobre esto
Cuando estés frente a una tarea difícil, ¿cuáles son los efectos de considerar esto una oportunidad de Dios para extender tu fe?

¿Crees que Dios usa gente común? ¿Cuáles son algunos ejemplos de la gente común en tu vida o en la historia que Dios haya usado para hacer cosas extraordinarias?

¿Qué tipo de explorador quieres ser: el que se preocupa frente a los obstáculos ante sí o aquel que tiene confianza en las promesas de Dios? Pídele a Dios que te ayude a desarrollar la confianza en él y luego busca las formas en que él empiece a hacer precisamente esto.
El consejo de hoy, para nuestro crecimiento personal.

¡ ¡ ¡CUÁNTO VALE ! ! !

Una pequeña niña fue a su habitación y sacó un frasco que estaba escondido en su closet. Esparció su contenido en el suelo y contó con cuidado. Tres veces, incluso; el total fue contado a la perfección. No había cabida a errores.

Con cuidado regresó las monedas al frasco y, cerrando la tapadera, ella salió sigilosamente por la puerta trasera y caminó 6 cuadras hasta la Farmacia de Rexall, que tenía un gran signo de jefe indio sobre la puerta.

Ella esperó pacientemente a que el farmacéutico le prestara atención, pero estaba muy ocupado por el momento. Tere movió sus pies para que rechinaran sus zapatos. Nada. Se aclaró la garganta lo más fuerte que pudo. No sirvió de nada, finalmente tomó 25 centavos del frasco y tocó en el mostrador de cristal. Con eso fue suficiente!

“Y, ¿qué es lo que quieres?”, le preguntó el farmacéutico con tono de disgusto en la voz. “Estoy hablando con mi hermano que viene de Chicago y no lo he visto en años”, le dijo el farmacéutico.

“Bueno, quiero hablarle acerca de mi hermano”, Tere le contestó con el mismo tono de impaciencia. “Él está realmente muy,  muy enfermo. . . y quiero comprar un milagro”.

“Perdón?”, dijo el farmacéutico.

“Su nombre es Andrés y algo malo ha estado creciendo en su cabeza y mi papi dice que solo un milagro puede salvarlo, ahora dime, ¿cuánto cuesta un milagro?”.

“Nosotros no vendemos milagros aquí, chiquita. Lo siento pero no puedo ayudarte”, dijo el farmacéutico, con voz suave. “Oye, tengo dinero para pagarlo. Si no es suficiente, conseguiré lo que falte; solo dime cuánto cuesta.

El hermano del farmacéutico, que era un hombre muy bien vestido, intervino y le preguntó a la niñita, “¿Qué clase de milagro necesita tu hermano?” “No sé”, replicó Tere, con los ojos muy abiertos. Yo solo sé que está muy enfermo y mami dice que necesita una operación. Pero mi papi no puede pagarla, por eso quiero usar mi dinero”.

“¿Cuánto tienes?”, le preguntó el hombre de Chicago.
“Un dólar con once centavos”, contestó Tere, apenas audible. “Y ese es todo el dinero que tengo, pero puedo conseguir más, si es necesario”.
“Bueno, ¡qué coincidencia!”, sonrió el hombre. “Un dólar y once centavos; el precio exacto de un milagro para los hermanitos”.

Él tomó el dinero en sus manos y con la otra sostuvo su manita enguantada y dijo: “Llévame adonde vives. Quiero ver a tu hermano y conocer a tus padres. Veamos si tengo el milagro que necesitas”.

Ese hombre bien vestido era el Dr. Carlton Armstrong, un cirujano especializado en neuro-cirugía. La operación fue completamente gratis y sin cargo alguno por su estancia en el hospital, hasta que Andrés regresó sano a casa.

Mami y papi comentaron felices de la cadena de eventos que les trajo a todo esto. “Esa cirugía”, susurraba su madre, “fue un milagro real. Ya me imagino cuánto podría costar”.

Tere sonrió. Ella sabía exactamente cuánto cuesta un milagro. . ., un dólar con once centavos. . ., más la fe de una niña.

“Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros;   permaneced en mi amor”…

Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres. Colosenses 3:23
NUESTRO PAN DIARIO
29/08/2012
Hasta quedar lleno
Lectura: Juan 6:25-29
Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. —Juan 6:35
Un amigo mío que vive en Singapur me contó algo sobre un antiguo saludo chino. En vez de decir «¿cómo estás?», preguntan: «¿Comiste hasta quedar lleno?». Es probable que el dicho se haya originado durante una época en que escaseaban los alimentos, y muchas personas no sabían cuándo iban a comer otra vez. Cuando disponían de comida, era aconsejable comer hasta quedar satisfechos.
Después que Jesús hizo un milagro de alimentar a 5.000 personas con cinco panes y dos pececillos (Juan 6:1-13), la multitud lo siguió porque quería más comida (vv. 24-26). El Señor les dijo que no trabajaran por el alimento físico, que se corrompe, sino por «la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará […]. Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás» (vv. 27, 35).
Como seguidores de Jesús, debemos ayudar a los que carecen de una adecuada nutrición física. Y a todos, podemos compartirles la buena noticia de que nuestra hambre de paz interior, de perdón y de esperanza puede satisfacerse al conocer a Cristo como Salvador y Señor.
Jesucristo, el pan de vida, nos invita a acudir a Él a su festín del alma e insiste en que comamos hasta que quedemos llenos.
—DCM
En cada corazón, hay un vacío que solo Cristo puede satisfacer.
El consejo de hoy, para nuestro crecimiento personal.

La sequia

Un hombre que vivía en un lugar donde había sequía, día a día le pedía a Dios que le cumpliese su mayor sueño el cual era, poder llenar un barril de agua, y meterse en él y disfrutar. Un día, a eso de la 1:00 a.m. escuchó en la lámina de su casa como gotas de agua, efectivamente estaba lloviendo. Pero él estaba cansado y adormitado, pensó varias veces levantarse, el sueño lo vencía, hasta que al fin con fuerza de voluntad se levantó y así adormitado como estaba, colocó un barril en el canal donde caían las grandes cantidades de agua. Al otro día este hombre se levantó feliz, pensando que al fin su sueño se cumpliría, corrió con una toalla al barril pero la sorpresa fue que este estaba vació. ¿Qué fue lo que sucedió? Este hombre estaba adormitado y cuando puso el barril lo colocó al revés y toda el agua se había desperdiciado. Dios está derramando grandes bendiciones sobre tu vida, pero depende de ti el no desperdiciarlas, ¿Cómo está tu corazón? ábrelo y permítele a su espíritu morar en ti. Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Juan 10:10

Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, Efesios 3:20

Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. Santiago 1:17

Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? Mateo 7:11
EL CORAZÓN DEL CIRUJANO
por el Hermano Pablo

El quirófano estaba iluminado. Los médicos se veían muy diligentes y profesionales. Todo se hallaba pulcro y limpio, tal como debe estar cuando se hacen operaciones al corazón. Y el doctor Juan José Prieto, de Santiago de Chile, le estaba realizando una intervención quirúrgica a un paciente.
De repente, mientras explicaba todo el proceso operatorio, el cirujano sintió un vahído, seguido de un agudo dolor en el pecho, y se desmayó. El doctor Prieto había sido víctima de un infarto. Por suerte para él, lo atendieron de inmediato.
El caso del doctor Prieto comprueba que los médicos se enferman tanto como sus pacientes, y que padecen y soportan los mismos males físicos, morales y espirituales que cualquier ser humano.
El refrán «Médico, cúrate a ti mismo» es muy antiguo. Lo mencionó el Señor Jesucristo un día cuando estaba en la sinagoga de Nazaret. A los que se burlaban de él, les dijo: «Seguramente ustedes me van a citar el proverbio: “¡Médico, cúrate a ti mismo! Haz aquí en tu tierra lo que hemos oído que hiciste en Capernaúm”» (Lucas 4:23).
Jesús había sido criado en Nazaret. Desde niño lo habían visto en esa ciudad, y la gente pensaba que él pretendía ser un maestro entre ellos. Se burlaban de Jesús porque eran incrédulos y obstinados. De ahí las palabras de sarcasmo: «¡Médico, cúrate a ti mismo!»
Pero a las palabras de este refrán se les puede dar otra aplicación, no en sentido de burla sino en la forma más literal posible. Como ejemplos tenemos al profesor que les aconseja a sus estudiantes a proceder de cierta manera, mientras que él hace lo opuesto; al policía que le aplica a algunos la ley al pie de la letra, mientras que a otros —los que tienen con qué «comprarlo»—, les concede toda la libertad que desean; y al padre que demanda de su hijo absoluta rectitud y moralidad, mientras que él mismo le es infiel a su esposa, que es la madre de ese hijo. En esos casos no hay duda de que cabe la sentencia: «¡Médico, cúrate a ti mismo!»
Las exigencias que les imponemos a otros ¿las cumplimos nosotros? Si sabemos lo que es bueno, sano y recto, debemos poder hacerlo. No es posible seguir ejemplos que no existen. Con Cristo en el corazón somos como el médico que obedece lo que él mismo aconseja. El Señor da la motivación y la fuerza. Entreguémosle nuestro corazón a Cristo, y Él nos dará una vida nueva.
Cuando Cristo Vive en Ti, te da Confianza
por Jon Walker
“Mi antiguo yo ha sido crucificado con Cristo. Ya no vivo yo, sino que Cristo
vive en mí. Así que vivo en este cuerpo terrenal confiando en el Hijo de Dios,
quien me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20 NTV)
Cuando Jesús nos manda a hacer algo, Él sabe que nosotros no podemos hacerlo a menos que estemos fortalecidos por Él. Así que, a través del Espíritu Santo, Él une su vida a la nuestra, por lo que "Cristo vive en mí."
Esta nueva vida nos lleva a donde nunca podríamos ir. Dios nos transforma con la vida de Cristo en nosotros, y nosotros también "puesto que en él vivimos,  nos movemos y existimos." animados por estar en Cristo. (Hechos 17:28 NVI)
No importa cuánto nos esforcemos, algunos días, nuestra fuerza de voluntad no es suficiente para movernos más cerca de donde Dios quiere que estemos. Y por eso nos esforzamos más y las cosas empeoran.
Esto nos mantiene lejos del "esforzarse más" del cristianismo. Es Dios el que nos enseña: "No yo, sino Cristo".
Empezamos a ver que ya no soy "sólo yo" haciendo el trabajo. Aprendemos a decir en la fe: “He sido crucificado con Cristo,  y ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí.  Lo que ahora vivo en el cuerpo,  lo vivo por la fe en el Hijo de Dios,  quien me amó y dio su vida por mí.” (Gálatas 2:20 NVI)
Habla Sobre Esto
Nuestra confianza no está en nuestra capacidad, sino en la capacidad de Dios. Discute maneras en las que Dios trabaja a través de nosotros internamente y externamente, para construir nuestra fe en Él.

¿Cómo pueden cambiar las cosas en tu vida, si negocias la confianza en ti mismo, por la confianza en Dios?
NUESTRO PAN DIARIO
28/08/2012
Servir bien y con alegría
Lectura: Salmo 100
Servid al Señor con alegría… —Salmo 100:2
Hoy, hace nueve años, un querido amigo salió a correr durante la hora del almuerzo, y nunca volvió. Kurt De Haan, que era el editor general de Nuestro Pan Diario, murió de un ataque al corazón ese soleado jueves. Algunos de los que trabajábamos con él, conservamos todavía cosas suyas de valor sentimental en nuestras oficinas.
Por ejemplo, en una pared de mi cubículo, tengo colgado el último memorándum que recibí de Kurt. Me recuerda su esmero como editor, siempre esforzándose por representar bien y fielmente la Palabra de Dios. Otra colaboradora muestra la última bola de papel que él lanzó en dirección de ella, que le recuerda el entusiasmo que él tenía por disfrutar de la vida.
Cada vez que hablamos de Kurt y de cómo lo echamos de menos, comentamos que su vida era la combinación de una búsqueda de la excelencia con una personalidad divertida. Trabajaba duro y le encantaba la vida. Se esforzaba por enseñar la Palabra de Dios con integridad mientras vivía su vida con gozo.
Pensar en Kurt y en su ejemplo es estimulante y desafiante. Nos recuerda que otros están observándonos, y que pueden decir si estamos sirviendo «al Señor con alegría» (Salmo 100:2) y si nuestro amor a Él se manifiesta en buenas obras (Efesios 2:10). Servir bien. Servir con alegría. ¿Describen estas cualidades nuestro trabajo para el Salvador?
—JDB
Para que el gozo permanezca, coloca siempre primero a Cristo.
de nuestro puño y letra
NO BASTA SER BUENO
por Carlos Rey

Publio Clodio Pulcro, uno de los caudillos de la última república romana, estaba perdidamente enamorado de Pompeya, la esposa del Cónsul Máximo. Al no hallar otro medio para acercarse a ella, recurrió a la treta de disfrazarse de mujer y asistir así, en casa del César, a la fiesta de la Diosa Buena, donde no podían entrar los hombres. Con todo, el enamorado galán fue descubierto, pero logró escapar. Cuando el César se enteró de lo sucedido, decidió no acusar a Pompeya de complicidad, como si ella de antemano supiera del asunto, sino repudiarla con palabras que habrían de hacerse proverbiales. «A la mujer del César —dijo— no le basta ser honrada, sino que además tiene que parecerlo.» De allí el refrán que dice: «No basta ser bueno, sino parecerlo.»1
Esta anécdota de la insigne pluma del historiador Plutarco nos da a entender que se puede ser bueno y parecer malo, o ser malo y parecer bueno. Es decir, vale más lo que se percibe, que la realidad misma. Las impresiones que damos son tan poderosas que debemos tener sumo cuidado con ellas.
En cambio, a Dios nunca le han preocupado las apariencias. «La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón», le dice Dios al profeta Samuel.2 A Él las apariencias no le preocupan en absoluto porque conoce hasta las intenciones de nuestro corazón. Aquel que nos creó con esta naturaleza humana jamás ha necesitado investigar nuestro carácter ni examinar nuestros antecedentes penales. Jamás ha perdido el tiempo dudando de nuestra sinceridad ni percibiendo lo que no es, porque Él siempre percibe lo que es. ¡Él sólo percibe las cosas como son en realidad! Nos conoce al derecho y al revés. Él sabe si de veras somos buenos. Es más, sabe que no hay nadie bueno de por sí. Porque Él está consciente de lo que mueve al salmista David a que afirme que «no hay nadie que haga lo bueno; ¡no hay uno solo!»3 Y para colmo de males, sabe que tiene razón el profeta Isaías al juzgar que «todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia».4
Luego de que le llevan niños a Jesucristo para que los toque, y él los abraza y los bendice, un joven rico llega corriendo y se postra delante de él.
»—Maestro bueno —le pregunta—, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?
»—¿Por qué me llamas bueno? —responde Jesús—. Nadie es bueno sino sólo Dios.5
Con eso Jesús da a entender que hace falta que abandone toda noción de bondad personal y de riqueza propia. Sólo así es posible que aquel joven rico lo siga y se contagie de su bondad divina.
Es que no hay nadie lo bastante bueno como para merecer la entrada al cielo. Por eso Dios nos concedió a todos entrar de la misma manera: mediante su bondad infinita, por la que dio su vida por el mundo pecador. Basta con que nos apropiemos de ese acto de bondad suprema con que nos salva. Así jamás tendremos que volver a preocuparnos por parecer buenos, porque sabremos que lo somos sólo por los méritos de Cristo, el Único que es bueno por naturaleza.

lunes, 27 de agosto de 2012

Cinco Decisiones Ganadoras
por Rick Warren
“El que está unido a Cristo es una nueva persona. Las cosas viejas
pasaron; se convirtieron en algo nuevo.” (2 Corintios 5:17 DHH)
Ayer aprendimos que, en última instancia, tu identidad se basa por las decisiones que tomes. Aquí hay cinco decisiones ganadoras que te puedes tomar para ayudarte a determinar tu destino:
1. Puedo decidir estar más saludable. En lugar de lamentar el hecho de que no tienes un cuerpo olímpico, encuentra formas de aumentar tu energía, reducir el estrés, dormir más y tener más fortaleza. Salmo 119:73 dice: "Tú mismo me hiciste y me formaste;¡dame inteligencia para aprender tus mandamientos!" (DHH). Mejorar los factores controlables en tu vida te ayuda a reducir el impacto de los factores incontrolables.
2. Puedo decidir por profundizar las relaciones. El miedo al rechazo impide la conexión, y la única manera de librarse del miedo es hacer lo que más temes. Aprender habilidades de comunicación, remplazar las malas relaciones, alcanzar y arriesgar  conectarte con alguien. "Que el amor sea su meta más alta" (1 Corintios 14:1 NTV)
3. Puedo decidir confiar en Dios sin importar lo que pase. "Bendeciré al Señor en todo tiempo; su alabanza estará siempre en mi boca." (Salmo 34:1 RV). Cunado llegas al punto de tu vida donde puedes decir: "Yo alabo al Señor pase lo que pase", es una confianza en que no encontrarás en cualquier lugar, ni en Hollywood, ni en el Capitolio, o en Wall Street. ¡Esa es una confianza basada en una relación con Dios!
4. Puedo decidir lo que pienso. A lo largo del siglo 20, los científicos creían que el cerebro adulto no se podía cambiar. Cuando en el 2002 Premio Nobel finalmente demostró que se puede cambiar el cerebro, la ciencia finalmente alcanzó a la Biblia: "Dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar" (Romanos 12:2 NTV). Tú eres creado por tus recuerdos, y tus recuerdos son creados por tus hábitos mentales. Alimenta tu cerebro con la verdad - la Palabra de Dios.
5. Puedo decidir a Jesús como mi Salvador. No estoy hablando sólo que Jesús te salve de tus pecados. Me refiero a dejar que Jesús sea tu salvador todos los días. Dejar que Jesús te guarde, te de el poder para seguir adelante con las decisiones que tomes. "Si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!" (2 Corintios 5:17 NVI).
Tienes la oportunidad de decidir cuanto quieres que Dios bendiga tu vida, Él está a la espera de que utilices tu carta del comodín. Nunca es demasiado tarde para cambiar.
Cuando tomas estas cinco decisiones ganadoras, Dios te da una mano ganadora.
Habla sobre el tema
Has esta oración hoy: "Dios mío, hay algunas cosas que tu me has dado, que la vida me ha dado y que otros me han dado, que no me gustan. Pero te doy las gracias por el comodín. Gracias porque me has hecho a tu imagen y puedo tomar decisiones. Hoy, en tu poder y tu fuerza, decido estar más saludable. Decido hacer las cosas que me den más energía y una mente, cuerpo y emociones mas sanas. Señor, decido construir relaciones sanas. Estoy muerto de miedo, pero me voy a arriesgar a construir nuevas relaciones saludables. Yo quiero que el amor sea mi meta más alta, quiero que mi vida sea construida en el amor.”
"Dios, decido confiar en ti sin importar las circunstancias. Te alabaré ¡pase lo que pase! Voy a confiar en que cada detalle de mi vida se está elaborando para el bien. Señor, decido lo que voy a pensar - no más basura. Ayúdame a llenar mi vida con recuerdos positivos y la Palabra de verdad. Por encima de todo, Jesús, te elijo como mi salvador. Necesito tu salvación, pero también necesito que me salves de mí mismo. Necesito que me ayudes a volver a retomar mi cuerpo, mi corazón, mi mente y mis relaciones para que el resto de mi vida sea lo mejor de mi vida, en el nombre de Jesús. Amén
La Carta del Comodín: Tus Decisiones
por Rick Warren
“Desde el principio, Dios ya sabía a quiénes iba a elegir,
y ya había decidido que fueran semejantes a su Hijo,
para que éste sea el Hijo mayor” (Romanos 8:29 TLA)
Tu eres maravillosamente complejo (Salmo 139:14). Para cumplir el propósito de Dios en ti, tienes que mirar a todas las dimensiones de tu vida y entender cinco factores que influyen en tu identidad. Hemos hablado esta semana acerca de las formas en que nuestra química, nuestras relaciones, nuestras circunstancias y nuestra conciencia afectan la manera en que somos formados.
Si estos factores fueran como las cinco cartas que se reparten en un juego de póker, entonces el quinto factor sería como el comodín. ¿Por qué? Porque son tus decisiones, y afectan a todas las demás cartas. Tú no puedes controlar las cartas que te dieron, pero puedes utilizar tu comodín para cambiar la manera en que vives tu vida por medio de las decisiones que tomas.
La Biblia dice que fuimos creados a imagen de Dios. ¡Ningún otro animal ha sido creado a imagen de Dios! Los perros tienen instinto, pero no saben la diferencia entre el bien y el mal. Los elefantes no tienen una brújula moral. Sin embargo, tú puedes elegir hacer el bien o el mal. La libertad de elegir es la mayor bendición del hombre y también su mayor maldición, porque tomamos decisiones estúpidas todo el tiempo, que nos perjudican a nosotros mismos y todos los que nos rodean.
El comodín puede cambiar el valor y número de las otras cartas que se te han dado. Tú no elegiste tu química, pero puedes elegir lo que haces con tu cuerpo. No escogiste a tus conexiones, pero puedes crear nuevas relaciones y mejorar o consolidar las que ya tienes. Tú puedes elegir cómo responder a tus circunstancias,  puedes optar por dejar de creer en las cosas dañinas que la gente te dice.
Tu identidad es determinada por tus decisiones. ¿Qué decisiones harás hoy que influenciarán positivamente en el resto de tu vida?
Habla Sobre Esto
¿Qué es lo que necesitas de Dios hoy para ayudarte a superar las difíciles circunstancias en tu vida que te impiden tomar buenas decisiones?

Ora y pídele a Dios la ayuda que necesitas.
El consejo de hoy, para nuestro crecimiento personal.

El Roble y la Hiedra.

“Un hombre edificó su casa. Y la embelleció con un jardín interno. En el centro plantó un roble. Y el roble creció lentamente. Día a día echaba raíces y fortalecía su tallo, para convertirlo en tronco, capaz de resistir los vientos y las tormentas.
Junto a la pared de su casa plantó una hiedra y la hiedra comenzó a levantarse velozmente. Todos los días extendía sus tentáculos llenos de ventosas, y se iba alzando adherida a la pared.

Al cabo de un tiempo la hiedra caminaba sobre los tejados. El roble crecía silenciosa y lentamente.
— ¿Cómo estás, amigo roble?, preguntó una mañana la hiedra.
—Bien, mi amiga, contestó el roble.
—Eso dices porque nunca llegaste hasta esta altura —agregó la hiedra con mucha ironía—.Desde aquí se ve todo tan distinto. A veces me da pena verte siempre allá en el fondo del patio.
—No te burles, amiga —respondió muy humilde el roble—. Recuerda que lo importante no es crecer deprisa, sino con firmeza.
Entonces la hiedra lanzó una carcajada burlona.
Y el tiempo siguió su marcha. El roble creció con su ritmo firme y lento. Las paredes de la casa envejecieron.

Una fuerte tormenta sacudió con un ciclón la casa y su jardín. Fue una noche terrible. El roble se aferró con sus raíces para mantenerse erguido. La hiedra se aferró con sus ventosas al viejo muro para no ser derribada. La lucha fue dura y prolongada.
Al amanecer, el dueño de la casa recorrió su jardín, y vio que la hiedra había sido desprendida de la pared, y estaba enredada sobre sí misma, en el suelo, al pie del roble. Y el hombre arrancó la hiedra, y la quemó.

Mientras tanto el roble reflexionaba:
—Es mejor crecer sobre raíces propias y crear un tronco fuerte, que ganar altura con rapidez, colgados de la seguridad de otros. ”Es una tremenda lección que nos desafía a ser hombres y mujeres de carácter, que cuando vengan esos momentos difíciles, oscuros podamos nosotros permanecer firmes como el roble. Dios quiere ese carácter capaz de decirle a la tentación: No tentaré al Señor mi Dios. Dios quiere ese carácter capaz de decirle a los reinos de este mundo: Solo a Dios adoraré y a Él solo serviré. Que podamos tener esa capacidad para esforzarnos y no desanimarnos. Que podamos ser determinantes con los sueños que queremos lograr. Que podamos conocer nuestras limitaciones pero también toda nuestra potencialidad. La elección es tuya. Puedes pasarte el día esperando a que algo suceda en tu vida o puedes cultivar o des arrollar tu carácter mediante las promesas de Dios. Tú tienes la promesa de que Dios está contigo, es tiempo de mostrar carácter y salir adelante en su matrimonio, en sus finanzas y en todo lo que emprenda. Recuerda las palabras de David: “Sean mi protección la integridad y la rectitud, porque en ti he puesto mi esperanza.” Salmo 25:21Entienda que la fe no es para resolver los problemas en los cuales nos metemos, la fe te lleva a confiar en Dios. Lo que ayuda a resolver los problemas es nuestro carácter. A Dios le interesa más lo que somos, que lo que hacemos. Dios no está interesado en nuestra comodidad, Él está interesado en nuestro carácter, en saber cuánto de Jesús hay en nuestra vida.

Cuando el ángel le dice a Gedeón “guerrero valiente” está describiendo su carácter, no su fe. Abraham Lincoln dijo: “El carácter es como un árbol y la reputación su sombra. La sombra es lo que pensamos de ella, el árbol es lo verdadero”. Te invito a tener presente lo siguiente:
1. Los dones y los talentos se nos han dado, pero el carácter lo desarrollamos nosotros.
2. Con nuestro carácter ganamos la confianza de los demás.
3. Solo el buen carácter puede darte un éxito duradero con las personas.
4. El carácter fuerte es el que se domina a sí mismo, y comunica credibilidad y consistencia.
5. Siembra carácter y cosecharas un destino. Hoy es el mejor día para comenzar a desarrollar un carácter ganador!

Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? Mateo 6:30
NUESTRO PAN DIARIO
27/08/2012
La nueva normalidad
Lectura: Hebreos 4:9-16
… no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, […] tentado en todo […], pero sin pecado. —Hebreos 4:15
Un pastor, capacitado para aconsejar en casos de traumas emocionales y sufrimiento, comentó que el mayor desafío para quienes sufren no es la tristeza que sigue a la pérdida, sino la adaptación a una forma de vida diferente. Lo que antes parecía normal tal vez nunca vuelva a ser así. Por eso, el reto para aquellos que brindan ayuda es colaborar con esas personas mientras se adaptan a la «nueva normalidad». Es probable que esta ya no incluya una buena salud, relaciones interpersonales apreciadas ni un trabajo satisfactorio. Tal vez implique vivir sin un ser amado que ha muerto. La gravedad de tales pérdidas nos obliga a vivir una clase de vida distinta, independientemente de lo incómoda que pueda resultar.
Cuando nos llega la «nueva normalidad», es fácil pensar que nadie entiende lo que sentimos. Pero no es así. Parte de la razón por la que vino Jesús fue para experimentar cómo era vivir entre nosotros, lo cual dio como resultado su ministerio presente: «Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado» (Hebreos 4:15).
Nuestro Salvador vivió una vida perfecta; sin embargo, también pudo conocer el sufrimiento de un mundo arruinado. Él soportó tristezas y padeció agonía, y está listo para alentarnos cuando los momentos oscuros de la vida nos obliguen a experimentar una nueva normalidad.
—WEC
En nuestro desierto de sufrimiento, Cristo nos provee un oasis de esperanza.

sábado, 25 de agosto de 2012

Tu Vida esta Formada por tus Pensamientos
por Rick Warren
“Dejen que Dios los transforme en personas nuevas al
cambiarles la manera de pensar.” (Romanos 12:2 NTV)
No puedes convertirte en todo lo que Dios te creó para ser hasta que comprendas cinco factores que influencian tu identidad. Los dos primeros son química (cómo estás hecho) y conexiones (tus relaciones). Eres el producto de la manera como Dios te creó y de las relaciones en tu vida.
Tu identidad también está influenciada por tus circunstancias y tu conciencia.  Las circunstancias son las cosas que te suceden y las que ocurren alrededor tuyo- ninguna de las cuales controlas. Eres el producto de los traumas, problemas, sufrimientos, vergüenza, presiones y dolores que han modelado tu vida. Quizás hasta el abuso ha afectado tu identidad. Si alguna vez tuviste una serie de fracasos o una catástrofe, eso ha dejado una marca indeleble en quién eres.
Conciencia es cómo te hablas a ti mismo. Pero, ¿sabes qué? Si hablas a tus amigos de la misma manera en que te hablas a ti mismo, probablemente ya no sean amigos, porque nuestros pensamientos están llenos de las mentiras que escuchamos de otras personas que dejamos que se cocinen a fuego lento y nos infecten. Cuando repetimos los pensamientos de otras personas en nuestra cabeza, van más profundo y profundo en nuestra cabeza, y comienzan a modelar nuestra identidad.
Proverbios 4:23 dice: “Ante todo, cuida tus pensamientos porque ellos controlan tu vida” (Palabra de Dios para todos). Tus pensamientos no tienen que ser verdad para herirte, basta con que los creas. Si te dices a ti mismo que tu matrimonio no va a durar, entonces no durará. Si tienes miedo de no poder hacer algo, entonces no lo harás. Tus pensamientos manejan tu vida.
Tus circunstancias pueden estar fuera de tu control, pero Dios está en control de todo. Tus pensamientos modelan quien eres, pero puedes cambiar la forma en que piensas. Tus circunstancias y tu conciencia han modelado quien eres, pero de la manera en que respondas a tus circunstancias y los pensamientos que elijas creer modelarán el resto de tu vida.
Habla Sobre Esto
¿Cuál es tu respuesta natural a una circunstancia o situación difícil? ¿Sales corriendo o la enfrentas? ¿Te preocupas o confías en Dios?

¿Cómo necesitas cambiar tu forma de pensar? ¿Quién o qué a tu alrededor influencia tus pensamientos de forma negativa?
«MI NOVIO... ES DEMASIADO AHORRATIVO»
por Carlos Rey

En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos:
«Estoy en una decisión de boda. Amo a mi novio con todo el corazón, [pero él] es demasiado ahorrativo, de tal manera que no le nace de por sí darme obsequios. Siempre he sido yo la que le tiene que pedir: sólo así me da.... Me cansa la idea de pensar si así será toda mi vida con él y si tendré ayuda económica para el hogar de parte de él sin que yo le pida.
»No sé qué hacer. No quiero vivir así todos los días de mi vida. ¿Qué hago?»
Este es el consejo que le dimos:
«Estimada amiga:
»¡Usted contestó su propia pregunta al decir que no quiere vivir así por el resto de su vida! Es evidente, entonces, que no debe casarse con su novio. Si insiste en casarse con alguien que piensa de un modo tan diferente del suyo, podrá esperar una vida llena de discusiones e infelicidad. Termine la relación con su novio ahora mismo, sin que importe lo difícil que sea.
»Sin embargo, para tener un matrimonio feliz, es necesario que los cónyuges tengan perspectivas afines con relación a la cantidad de dinero que se debe gastar y la cantidad que se debe ahorrar. Tal vez usted también quiera ahorrar dinero, pero no cree que sea necesario ahorrar tanto como él cree. Aún así, usted no tiene las mismas convicciones que él en cuanto al ahorro, por lo que casarse con él sería dar un paso en falso.
»El dinero es una de las tres causas principales de los graves problemas que hay entre los cónyuges, así que los novios deben analizar si tienen valores y prioridades afines con relación al manejo del dinero antes de comprometerse. En muchos casos, uno de los dos ya pudo haber acumulado una deuda excesiva en tarjetas de crédito u otros préstamos. Esa puede ser una señal muy clara de que la persona no ha cultivado esas cualidades excepcionales que son la paciencia, el dominio propio, la tenacidad y la discreción. La persona prudente no se comprometerá para casarse con alguien así hasta que haya terminado de pagar esa deuda. El comenzar una relación conyugal con una deuda de consideración es una fórmula segura para conflictos futuros e infelicidad.
»Hay expertos en finanzas que recomiendan fórmulas para saber el porcentaje de los ingresos personales que se debe ahorrar y el porcentaje que se debe gastar. Nosotros no somos expertos en finanzas, pero estamos convencidos de que, cuando dos personas llegan a un acuerdo para compartir su vida y sus recursos personales, tiene suprema importancia que también estén de acuerdo en esos detalles.
»¡Tome la decisión prudente!
»Linda y Carlos Rey.»
NUESTRO PAN DIARIO
25/08/2012
Despierto en el cielo
Lectura: Salmo 121
No […] se dormirá el que te guarda. —Salmo 121:3
Uno de los aspectos más peligrosos de volar es el aterrizaje. A medida que el avión se acerca a la tierra, el tráfico aéreo está más congestionado, el clima sobre la tierra puede ser mucho peor que a 9.000 metros (30.000 pies) de altura, y las pistas quizá estén ocupadas por otros aviones. Por eso, los pilotos dependen de los controladores de tráfico aéreo para que coordinen todos los detalles, de modo que todas las aeronaves puedan llegar sin problemas. Sin esos controladores, el caos sería inevitable.
Así que, imagina el pánico que se produjo cuando el piloto de un avión lleno de pasajeros quiso comunicarse por radio con la torre de control y no hubo respuesta. Al final, se descubrió que el controlador de tráfico estaba allí, pero que se había dormido, con lo cual había puesto en un terrible peligro al piloto, a los pasajeros y la aeronave. La buena noticia es que el avión aterrizó sin problemas.
Una noticia mejor aún es que Dios, el supremo controlador de tránsito, nunca se adormece ni duerme. Desde su estratégica perspectiva celestial, sabe todo lo que sucede en y alrededor de tu vida. Como señala el salmista: «Mi socorro viene del Señor, que hizo los cielos y la tierra. No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda» (121:2-3).
Puedes darlo por descontado: Dios conoce los peligros latentes e incansablemente dirigirá el tráfico de tu vida para tu beneficio y para su gloria (Romanos 8:28).
—JMS
Como Dios nunca duerme, podemos estar tranquilos.

viernes, 24 de agosto de 2012

Construye Relaciones Saludables con la Ayuda de Dios
por Rick Warren
“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente
y con todas tus fuerzas.” El segundo es: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.”
No hay otro mandamiento más importante que éstos.” (Marcos 12:30-31 NVI)
Ayer hablamos sobre el primero de los cinco factores que influyen en tu identidad. Todos hemos sido hechos maravillosamente complejos y llenos de defectos, pero hasta que no aceptemos lo que somos - incluyendo nuestros defectos - no podemos hacer los cambios en nuestras vidas que traerán consigo una verdadera transformación.
El segundo factor que influye en tu identidad son tus conexiones. Tus conexiones le dan a tu vida propósito, significado e identidad. Si creciste en medio de relaciones disfuncionales, cuestionarás tu propósito y lucharás con tu identidad.
Jesús dijo que la cosa más importante que debemos hacer es amar a Dios y amar a los demás (Marcos 12:30-31). La vida no se trata de tus logros o adquisiciones, tu popularidad y prestigio. Se trata de que tan bien puedes amar.
Hay tres problemas que nos impiden amar plenamente como Dios manda:
Todos somos imperfectos. No hay relaciones perfectas, porque no hay gente perfecta.

El pecado nos desconecta. Adán y Eva tuvieron la primera relación rota y se desconectaron a sí mismos el uno del otro y de Dios. Desde entonces nos hemos estado excusando así mismos y acusando a la gente que amamos.

Entre más desconectados estemos, más temerosos nos volvemos. Anhelamos la intimidad, pero tememos la vulnerabilidad. Ansiamos aceptación, pero tememos el rechazo.
Eres un producto de tus relaciones. Estudio tras estudio muestra que nuestra identidad está determinada en gran medida por lo que pensamos que las personas más importantes en nuestras vidas piensan de nosotros. Es por eso que debes asegurarte que Jesús es la persona más importante en tu vida, porque Él te ama incondicionalmente.
Todos tenemos diferentes conexiones: algunas saludables, algunas rotas, algunas inexistentes. Es importante tener conexiones saludables, ya que juegan un papel muy importante en la determinación de tu identidad. Las personas que tienen  relaciones saludables no se tienen que preguntar: "¿Importa mi vida?"
Puede que no hayas tenido un decir en la mano que se te dio en la vida. Pero Dios envió a su Hijo como salvador para transformar tus cartas en una mano ganadora. No importa que conexiones hayas hecho  en la vida - ya sean buenas o malas, se te hace responsable por lo que hagas con tus conexiones en la actualidad.
¿Vas a dejar que Dios afecte tus conexiones? ¿Vas a confiar en Él para tu futuro, a pesar de un pasado difícil? ¿Vas a nutrir, proteger y desarrollar relaciones a fin de que Dios sea glorificado plenamente en tu vida?
Decídete hoy a construir relaciones saludables y no dañinas con la ayuda de Dios.
Habla sobre el tema
¿En qué relaciones tienes que invertir más tiempo o más del amor de Cristo?

¿Cómo te va con "amar a tu prójimo como a ti mismo"? ¿Qué tal con tus familiares difíciles, compañeros de trabajo o en una relación rota?
CUANDO LA PAREJA SE DIVORCIA
por el Hermano Pablo

Fue un momento sumamente emotivo. Los médicos, las enfermeras y el personal de la clínica se hallaban conmovidos. Richard Livingstone, de veintisiete años, estaba donando uno de sus riñones a Jane, su joven esposa, de veintiuno. La operación fue un éxito, y a Jane la salvaron. Algún tiempo después, hubo otro momento conmovedor. Tras siete años de matrimonio, Richard y Jane se estaban divorciando. ¿La causa? Infidelidad de la esposa. El juez, los abogados y los miembros del tribunal estaban asombrados. Richard le estaba reclamando a Jane la devolución de todas las cosas que él tenía desde antes del matrimonio, incluso el riñón que le donó. «Es un caso difícil, que no tiene precedentes», dijo el juez.
Siempre es muy triste la disolución de un matrimonio. Siempre se parece a un naufragio, a un incendio, a un huracán, a un accidente. Un accidente en que se pierden vidas. Siempre es penoso ver cómo esposo y esposa, que una vez se juraron amor eterno, pelean ahora por los bienes materiales: la casa, el automóvil, los muebles, el dinero. Y ahora resulta el caso del hombre que le exige a su ex esposa la devolución de su riñón. Esto nunca se había visto. Bien dice el proverbio cervantino: «Cosas verás, Sancho, que no las creerás.»
¿Por qué tantos matrimonios terminan en divorcio? La historia siempre se parece. No hay comprensión entre ellos. Hay egoísmo; hay mal humor, ira y violencia. Lo raro es que hasta cierto punto todo matrimonio tiene esos elementos. ¿Por qué es entonces que algunos sobreviven y otros no? Por una parte, las expectativas que los recién casados tienen de su cónyuge son ilusorias. Siguiendo esa misma línea, los cónyuges que se acepten mutuamente tal cual son habrán aprendido uno de los secretos fundamentales del matrimonio feliz.
Si se añade a eso la realidad de la presencia de Dios en los dos corazones y en el matrimonio, se habrá encontrado la fórmula eficaz que hace del matrimonio un organismo fuerte, duradero, digno y feliz.
Nuestro matrimonio, nuestro hogar y nuestra familia son los tesoros más grandes que tenemos. No los destruyamos. Cambiando el egoísmo por humildad y la rebelión por comprensión, nuestro matrimonio será feliz. Y eso puede hacerlo solamente Jesucristo reinando en el corazón de los cónyuges, que es el centro mismo del hogar.
Negocios riesgosos
Lectura: Lucas 9:18-27
Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará. —Lucas 9:24
Cuando la crisis financiera mundial se agudizó en el 2010, los ejecutivos de un banco internacional fueron investigados por engañar a sus clientes en cuanto al riesgo que implicaban ciertas inversiones que estaban promocionando. Aunque prometían un elevado interés, la firma sabía que la inversión estaba destinada a fracasar y que dejaría sin nada a quienes se adhirieran.
Engañar no es nada nuevo. Jesús describió a Satanás como alguien que «no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. […] porque es mentiroso, y padre de mentira» (Juan 8:44). El enemigo de nuestras almas nos dice: «Vivan solo para el hoy», aunque sabe que esto solo producirá pérdidas eternas.
Por el contrario, Jesús no les ofreció a sus discípulos una vida próspera y fácil, sino que los llamó al autosacrificio y a identificarse con Él.

Después de decirles que lo matarían y que resucitaría de los muertos, declaró: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará» (Lucas 9:23-24).
Hay dos voces que nos dicen dónde invertir nuestra vida. Es un negocio riesgoso seguir la voz equivocada.
—DCM Si nos aferramos a la voluntad de Dios, no nos atraparán las mentiras de Satanás.
El consejo de hoy, para nuestro crecimiento personal.

No hay nada que no consiga la fuerza de la oración.
 
Hermanos y hermanas debemos confiar plenamente en la oración al Señor para alcanzar nuestros anhelos, "para alcanzar las peticiones que tenemos en nuestro corazón, no hay mejor medio que poner la fuerza de nuestra oración en aquella cosa que agrada más a Dios". "Entonces, no sólo dará lo que le pedimos, que es la salvación sino que todavía más, lo que Él ve que nos conviene y es bueno aunque no se lo pidamos".

debemos recordar que la Ascensión de Jesús a los Cielos, "proclama no sólo la inmortalidad del alma, sino también aquella de la carne". "No sólo somos confirmados como poseedores del paraíso, sino que también somos penetrados en Cristo en las alturas de los cielos", con la Ascensión, Dios "nos dice que en Cristo nuestra humanidad es llevada a las alturas de Dios, y así, cada vez que oramos, la tierra se une al Cielo. Y como el incienso, quemando, hace subir hacia las alturas su humo de suave aroma, de este modo, cuando elevamos al Señor nuestra ferviente y confiada oración en Cristo, ella atraviesa los cielos y alcanza el Trono de Dios, es escuchada por Él y es respondida". "Por eso, cuando los discípulos vieron al Maestro elevarse sobre la tierra y elevarse hacia las alturas, no fueron invadidos por el desconsuelo, sino que por el contrario, experimentaron un gran gozo y se sintieron impulsados a predicar la victoria de Cristo sobre la muerte. El Señor resucitado actuaba en ellos, distribuyó a cada uno un don propio, para que la comunidad cristiana, en su conjunto, reflejara la armoniosa riqueza de los Cielos".

Es necesario recordar que Dios depositó en todos un don, a unos el "don de ser apóstoles, a otros profetas, a otros predicadores del Evangelio, a otros pastores o  maestros", y "organizó en orden a la edificación del Cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la plenitud de Cristo".  Indicó que la Ascensión de Jesús se cumple cuarenta días después de su Resurrección y marca el cumplimiento de la salvación iniciada por la Encarnación. El Señor, "después de instruir por última vez a sus discípulos, sube al cielo". "Pero no se separó de nuestra condición; sino que en efecto, en su humanidad, asumió con a los hombres en la intimidad del Padre y así reveló el destino final de nuestro peregrinar terrenal. Debemos reflexionar que la Ascensión es el último acto de nuestra liberación del pecado, y así como el Señor "descendió del Cielo por nosotros, y sufrió y murió en la cruz por nosotros, también ha resucitado y a regresado a Dios, por ello no está lejano, sino que es Dios nuestro, Padre nuestro". 

Mi hermano, mo hermana te recomiendo este dia que asi como el silencio "es parte integrante de la comunicación, es un lugar privilegiado para el encuentro con la Palabra de Dios, y con nuestros hermanos y hermanas". Te invito "a orar para que la comunicación, en cada una de sus formas, sirva siempre para instaurar con el prójimo, un dialogo autentico, fundado en el respeto reciproco, la escucha y el compartir".  

jueves, 23 de agosto de 2012

«ME SIENTO COMO UN MANTENIDO»
por Carlos Rey

En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue:
«Perdí mi empleo. Trabajaba en un banco internacional. Lo tenía todo. Pero ahora sólo mi esposa trabaja y yo estoy con el mundo por los suelos, ya que nadie contrata a una persona de cuarenta años, a pesar de que puedo dar toda la experiencia que tengo.
»Me siento como un mantenido por mi esposa. Quiero trabajar, y siento que Dios me ha abandonado, ya que ahora sobre todo me han detectado diabetes. Para escribirles he tenido que utilizar una lupa, ya que por esta enfermedad mi visión ha sido afectada considerablemente. ¿Dios me ha abandonado?»
Este es el consejo que le dio mi esposa:
«Estimado amigo:
»¡Cuánto sentimos que haya tenido que sufrir estos problemas recientes en su vida! Perder el empleo ya es terrible, pero perder la vista es algo devastador. ¡Con razón que está con el ánimo por los suelos!
»Para muchos, la diabetes tipo 2 es reversible. Si usted tiene sobrepeso (como sucede con la mayoría de los que padecen de diabetes tipo 2), le instamos a que busque ayuda de inmediato. Muchos obtienen los mejores resultados cuando se unen a un grupo de apoyo en el que los miembros se ayudan mutuamente a mantenerse motivados. Hay incluso grupos en la Internet que ofrecen apoyo e información. Con tal ayuda, usted puede perder peso, prolongar su vida y tal vez revertir su diabetes a fin de controlarla y de reducir los factores de riesgo de complicaciones.
»Si tiene hijos, entonces lo animo a que ponga su mayor empeño en cuidarlos, participar en sus estudios y actividades, y cocinar y hacer el aseo a fin de asegurar que toda su familia tenga un hogar maravilloso. Ya se considera anticuada la distinción entre “el trabajo del hombre” y “el trabajo de la mujer”. Todo trabajo —sea médico, técnico o de apoyo humano— puede hacerlo un hombre o una mujer y tiene el mismo valor. Hay casos en que tiene más sentido económico que sea el padre quien cuide del hogar y de los hijos. Aun cuando usted y su esposa no tengan hijos, usted puede poner su granito de arena de todos modos al mantener la casa en excelentes condiciones y cocinar para los dos.
»Es posible que usted no pueda volver a trabajar en su profesión. Si le queda tiempo cada día después del que invierta siguiendo nuestro consejo, le sugerimos que busque un lugar en el que pueda donar sus servicios como voluntario. Con el conocimiento que tiene de las finanzas, tal vez pueda ayudar a las personas que necesitan consejo en cuanto a cómo hacer un presupuesto y cómo invertir mejor su dinero. Tal trabajo como voluntario pudiera aun resultar en un empleo remunerado....
»Dios no lo ha abandonado. Lo cierto es que Él está muy cerca de usted ahora mismo y quiere tener una relación personal con usted. El Hijo de Dios, Jesucristo, murió en la cruz para que usted pueda sencillamente orar en sus propias palabras y pedirle que entre en su corazón y transforme su vida. Él le dará la sabiduría, la ayuda y la fuerza necesarias para que su vida sea productiva y satisfactoria.»
«ME SIENTO COMO UN MANTENIDO»
por Carlos Rey

En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue:
«Perdí mi empleo. Trabajaba en un banco internacional. Lo tenía todo. Pero ahora sólo mi esposa trabaja y yo estoy con el mundo por los suelos, ya que nadie contrata a una persona de cuarenta años, a pesar de que puedo dar toda la experiencia que tengo.
»Me siento como un mantenido por mi esposa. Quiero trabajar, y siento que Dios me ha abandonado, ya que ahora sobre todo me han detectado diabetes. Para escribirles he tenido que utilizar una lupa, ya que por esta enfermedad mi visión ha sido afectada considerablemente. ¿Dios me ha abandonado?»
Este es el consejo que le dio mi esposa:
«Estimado amigo:
»¡Cuánto sentimos que haya tenido que sufrir estos problemas recientes en su vida! Perder el empleo ya es terrible, pero perder la vista es algo devastador. ¡Con razón que está con el ánimo por los suelos!
»Para muchos, la diabetes tipo 2 es reversible. Si usted tiene sobrepeso (como sucede con la mayoría de los que padecen de diabetes tipo 2), le instamos a que busque ayuda de inmediato. Muchos obtienen los mejores resultados cuando se unen a un grupo de apoyo en el que los miembros se ayudan mutuamente a mantenerse motivados. Hay incluso grupos en la Internet que ofrecen apoyo e información. Con tal ayuda, usted puede perder peso, prolongar su vida y tal vez revertir su diabetes a fin de controlarla y de reducir los factores de riesgo de complicaciones.
»Si tiene hijos, entonces lo animo a que ponga su mayor empeño en cuidarlos, participar en sus estudios y actividades, y cocinar y hacer el aseo a fin de asegurar que toda su familia tenga un hogar maravilloso. Ya se considera anticuada la distinción entre “el trabajo del hombre” y “el trabajo de la mujer”. Todo trabajo —sea médico, técnico o de apoyo humano— puede hacerlo un hombre o una mujer y tiene el mismo valor. Hay casos en que tiene más sentido económico que sea el padre quien cuide del hogar y de los hijos. Aun cuando usted y su esposa no tengan hijos, usted puede poner su granito de arena de todos modos al mantener la casa en excelentes condiciones y cocinar para los dos.
»Es posible que usted no pueda volver a trabajar en su profesión. Si le queda tiempo cada día después del que invierta siguiendo nuestro consejo, le sugerimos que busque un lugar en el que pueda donar sus servicios como voluntario. Con el conocimiento que tiene de las finanzas, tal vez pueda ayudar a las personas que necesitan consejo en cuanto a cómo hacer un presupuesto y cómo invertir mejor su dinero. Tal trabajo como voluntario pudiera aun resultar en un empleo remunerado....
»Dios no lo ha abandonado. Lo cierto es que Él está muy cerca de usted ahora mismo y quiere tener una relación personal con usted. El Hijo de Dios, Jesucristo, murió en la cruz para que usted pueda sencillamente orar en sus propias palabras y pedirle que entre en su corazón y transforme su vida. Él le dará la sabiduría, la ayuda y la fuerza necesarias para que su vida sea productiva y satisfactoria.»
CIRUGÍA EXCEPCIONAL
por Carlos Rey

Una hermosa y curvilínea trigueña, Silvia Sossi, estuvo a punto de ser coronada «Señorita Adolescente». Todo esto ocurría en San Marino el primer día de noviembre de 1983.
La joven de dieciocho años, que cautivó al jurado y al público allí reunido con un número musical en el que cantó y bailó, parecía la segura ganadora del concurso. Pero los organizadores descubrieron que se habían falsificado los documentos de la bellísima Silvia.
Su verdadero nombre era Fabio Sossi. Fabio, que se había sometido a una operación quirúrgica, protestó airadamente ante los jueces: «Deben juzgarme por lo que soy, no por lo que era.» Sus alegatos no fueron oídos, y fue eliminado del concurso.
Hay muchas personas que actúan como este individuo, quizá no tratando de cambiar su aspecto físico, sino revistiéndose de una falsa personalidad, tratando de ocultar así su verdadera identidad. Tal vez convenzan a cualquier otro de su fingida religiosidad, de su aparente bondad, de su simulada sinceridad; pero ante Dios, que todo lo escruta y para quien no hay nada oculto, no esconden nada. De ahí que afirme el salmista David: «No me llega aún la palabra a la lengua cuando tú, Señor, ya la sabes toda.»1 Dios no solamente oye lo que decimos en voz baja sino que aun conoce nuestros pensamientos.
La historia está llena de hombres y de mujeres que llevaron una doble vida en la sociedad. Daban la impresión de ser honorables jueces, dignos mandatarios, escrupulosos comerciantes, laboriosos trabajadores, excelentes profesores, respetables padres de familia; pero en el fondo ocultaban sus verdaderas ocupaciones y estilo de vida, tales como mafiosos, dueños de prostíbulos, adúlteros, hampones o ladrones. Por un tiempo pudieron engañar, y hasta en algunos casos escapar a la justicia humana, pero al final no podrán escapar a la justicia divina.
«Porque es necesario —afirma San Pablo— que todos comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo que le corresponda, según lo bueno o malo que haya hecho mientras vivió en el cuerpo.»2 Nadie puede escapar a ese juicio del Hijo de Dios. Y conste que Jesucristo es el único Juez y Jurado cuyo fallo afecta nuestro destino eterno.
Si de veras queremos ser transformados desde adentro hacia afuera, más vale que, en lugar de disponernos a que un cirujano humano cambie nuestro aspecto físico, permitamos más bien que el Cirujano divino transforme nuestra vida entera. Gracias a Dios, a diferencia de una operación de cambio de sexo, o de la cirugía estética o plástica, la cirugía integral de Cristo no depende de nuestros recursos económicos sino de nuestra decisión de confiar en Él como nuestro Diseñador, Salvador y Señor. Todos tenemos acceso a esa cirugía del alma, sin que importe nuestra condición económica o social en esta vida. Basta con que le pidamos que su próxima intervención quirúrgica sea la nuestra.
Incluso tus Defectos, puede Traerle Gloria a Dios
por Rick Warren
“¡Gracias por hacerme tan maravillosamente complejo!
Tu fino trabajo es maravilloso, lo sé muy bien.” (Salmos 139:14 NTV)
Cuando las personas están lastimadas, necesitan una verdad simple, no una verdad simplista. No es suficiente decirle a alguien que ore, lea la Biblia, o vaya a la iglesia. Tú tienes que ayudarles a saber cómo hacer cambios en sus vidas.
Y no podemos hacer cambios en nuestras vidas hasta que comprendamos nuestra identidad. No puedes ser todo lo que Dios ha creado que seas, hasta que adoptes tu identidad – la persona única y defectuosa que Dios hizo, fue intencionalmente hecha para un propósito.
Eres maravillosamente complejo (Salmo 139:14). Para cumplir el propósito de Dios para ti, tienes que observar todas las dimensiones de tu vida y entender cinco factores que influyen en tu identidad. Todos hemos tenido diferentes padres, dolores, problemas y potenciales, pero todos nosotros, algún día tendremos que rendir cuentas por lo que hicimos con estas condiciones.
Es como un juego de cinco cartas: no mezclas tus cartas. No puedes elegir tus cartas. Tienes que jugar la mano que te repartieron.
El primer factor que te hace quien eres, es tu química. Está en tu ADN, los genes, las hormonas, tu composición química. Algunos de ustedes han nacido con hipersensibilidad, mientras que otros tienen una tolerancia muy alta al dolor. Algunos de ustedes tienen un bajo nivel de energía, mientras que otros son hiperactivos. Algunos de ustedes son propensos a dolores, debilidad de la vista, o huesos frágiles. Algunos de ustedes tienen bajos niveles de oxitocina, una hormona que afecta la forma en que nos relacionamos con otras personas.
Ningún defecto  es pecado o vergonzoso - ¡es la forma en como Dios te hizo! He comprado pantalones con defectos, y una vez los pantalones venían con una etiqueta que decía: "Estos pantalones tienen defectos intencionales, con el fin de que sean únicos." Tus "genes" son así: tienes defectos que te hacen único. Esos defectos son parte de tu diseño personalizado, y Dios los planeó para su propósito y gloria.
Nunca serás capaz de hacer un cambio en tu vida o cumplir el propósito de Dios para tu vida, hasta que entiendas que eres maravillosamente complejo y únicamente defectuoso para la gloria de Dios. La pregunta, entonces, es la siguiente: ¿Qué vas a hacer con las cartas que te repartieron?
Habla sobre esto
¿Cuáles son los defectos que te hacen único?

¿Cómo puedes usar esos defectos para dar gloria a Dios?
La Mente es Espiritualmente Tu Órgano más Vulnerable
por Rick Warren
“Concéntrense en todo lo que es verdadero,
todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro,
todo lo bello y todo lo admirable.” (Filipenses 4:8 NTV)
Cuanto más piensas en algo, más fuerte se apodera de ti, por lo que la Biblia enseña que debemos “huir de todo aquello que te da malos pensamientos... pero estar cerca de todo lo que te dan ganas de hacer el bien” (2 Timoteo 2:22 LB).
La tentación empieza por capturar tu atención. Lo que llama tu atención despierta tus emociones. Entonces tus emociones activan tu comportamiento y actúas como te sientes. Cuanto más te enfocas en “Yo no quiero hacer esto”, más fuerte te mete en su red.
Ignorar una tentación es mucho más eficaz que enfrentarla. Una vez que tu mente está en otra cosa, la tentación pierde su poder. Así que cuando la tentación te llame por teléfono, no discutas con ella ¡cuélgale!
A veces esto significa dejar físicamente una situación tentadora. Este es un momento en que está bien salir corriendo. Levántate y apaga el televisor. Aléjate de un grupo que este chismoseando. Sal del cine en medio de la película. Para evitar ser picado, mantente alejado de las abejas.
Espiritualmente, tu mente es el órgano más vulnerable. Para reducir la tentación, mantén tu mente ocupada con la Palabra de Dios y otros pensamientos buenos. Tú derrotas a los malos pensamientos, pensando en algo mejor. Este es el principio de sustitución. Se vence el mal con el bien (Romanos 12:21).
Habla sobre esto
Cuando estás en el medio de la tentación, ¿Qué será lo “verdadero, noble, correcto, puro, amable y honorable” de las cosas que pensarás en lugar de la tentación?

Si eres serio a cerca de vencer la tentación, debes manejar tu mente y controlar el consumo de medios de comunicación. ¿Qué cambios necesitas hacer en lo que respecta a la televisión, el cine y los medios sociales?
El consejo de hoy, para nuestro crecimiento personal.

Piedrecillas

Recuerdo una vez que caminé junto a un riachuelo de Texas hace muchos años con mi cuñado Ed y David, su hijo de tres años. Mientras caminábamos, David había estado recogiendo piedras lisas y redondas de la corriente. Las llamaba "cerditos" porque su forma redonda le hacía pensar en cerditos.
David se metió una serie de "cerditos" en los bolsillos, y cuando se le terminaron los bolsillos, comenzó a llevarlos en los brazos. Después de un rato empezó a tambalearse bajo el peso de las piedras y se quedó atrás. Era evidente que sin nuestra ayuda nunca llegaría a la casa, por lo que Ed dijo: "Ven, David, déjame cargar tus cerditos."
El rostro de David se cubrió de renuencia por un momento, y luego se iluminó. "Ya sé - dijo --. Tú me cargas a mí y yo cargo a mis cerditos."
Muchas veces he pensado en ese incidente y en mi propia insistencia infantil en que debo llevar mi propia carga. Jesús ofrece llevar todas mis cargas, pero yo me resisto por terquedad y orgullo. "Tú me cargas a mí - digo --, pero yo cargo mis "cerditos".

"¡Piénsalo bien, no deberías tratar de llevar todas tus cargas tú solo! cuando Jesús te pide que eches "toda [tu] ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de [ti]" (1 Pedro 5:7).

¿Has puesto hoy TODOS tus "cerditos" en los fuertes brazos de Jesús?
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar. Mateo 11:28

Echa sobre el Señor tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo. Salmos 55:22
NUESTRO PAN DIARIO
21/08/2012
Aguzarnos mutuamente
Lectura: 1 Reyes 19:19-21
Hierro con hierro se aguza; y así el hombre aguza el rostro de su amigo. —Proverbios 27:17
Las redes sociales en Internet están creciendo. Aunque las personas estén a mucha distancia, pueden compartir ideas y encontrar un oído atento de sus conocidos en línea. Los blogs, los twits, los correos electrónicos y los sitios web ofrecen otras formas de poder recibir y brindar guía espiritual.
Pero también es valioso encontrarse cara a cara con creyentes maduros, para aprender. «[Eliseo] fue tras Elías» (1 Reyes 19:21). Pablo le enseñó a Timoteo como a un «verdadero hijo en la fe» (1 Timoteo 1:2), e incluso lo instruyó para que estableciera una cadena de enseñanza que multiplicara el crecimiento espiritual (2 Timoteo 2:2). Moisés exhortó a los padres a enseñarles a los hijos durante el día: «estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes» (Deuteronomio 6:7). El Maestro de los maestros, Cristo, demostró cómo enseñar: «Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar» (Marcos 3:14).
En estos pasajes, vemos la importancia de encontrarse cara a cara en diversos entornos para poder aguzarnos espiritualmente unos a otros (Proverbios 27:17). En la travesía de la vida, hay momentos en que podemos beneficiarnos con la ayuda de un guía sabio o brindarle el mismo servicio a alguien que quiera seguirnos.
—HDF
Nos necesitamos unos a otros para llegar adonde Dios quiere que vayamos.
El consejo de hoy, para nuestro crecimiento personal.

FUERZAS OPUESTAS

El amor alienta, el odio abate;
El amor sonríe, el odio gruñe;
El amor atrae, el odio rechaza;
El amor confía, el odio sospecha;
El amor enternece, el odio endurece;
El amor tranquiliza, el odio enfurece;
El amor guarda silencio, el odio vocifera;
El amor edifica, el odio destruye;
El amor siembra, el odio arranca;
El amor espera, el odio desespera;
El amor aclara, el odio confunde;
El amor perdona, el odio intriga;
El amor es dulce, el odio es amargo;
El amor es veraz, el odio es mentiroso;
El amor es humilde, el odio es altanero;
El amor es manso, el odio es belicoso;
El amor es sublime, el odio es rastrero;
El amor es divino, el odio es diabólico;
El amor es salvación, el odio es perdición.
El consejo de hoy, para nuestro crecimiento personal.

Paciencia

El gran artista Miguel Ángel tardó mucho tiempo en dar los últimos toques a una de sus obras más famosas.   Cierto amigo que lo visitaba casi todos los días le preguntaba siempre:

-¿Qué has hecho hoy?
A lo cual el maestro contestaba:
-Hoy he perfeccionado ese detalle en la mano, he mejorado la sombra en aquella arruga, he arreglado la luz en aquella parte del vestido, etcétera.
-Pero esas son bagatelas, dijo un día el visitante.
-Ciertamente, contestó Miguel Ángel; pero la perfección se hace de bagatelas; y la perfección no es una bagatela.

La vida del cristiano está hecha de pequeños detalles, las pequeñas cosas de cada día. No hay cosa tan pequeña que no merezca nuestra atención. Puede parecer una bagatela, pero no olvidemos que de esas bagatelas está hecha la vida, y la vida no es una bagatela.

Más la que en buena tierra, estos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y llevan fruto en paciencia. Lucas 8:15

En vuestra paciencia poseeréis vuestras almas. Lucas 21:19

Y no sólo esto, más aún nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia. Romanos 5:3
NUESTRO PAN DIARIO
23/08/2012
Una imagen de Él
Lectura: Hebreos 12:3-11
Porque el Señor al que ama, disciplina… —Hebreos 12:6
Un día, mi hijo le quitó el capuchón a un marcador anaranjado y dibujó a su padre. La interpretación del niño mostraba ojos, una nariz y una boca, todo dentro de un círculo encima de dos palos largos (él me informó que eso eran las piernas). Aunque mi pequeño recibió una buena calificación por el esfuerzo, su imagen no mostraba ningún rasgo que tan siquiera reflejara algún parecido con mi esposo: ojos azules, una sonrisa confiada y un cabello salpicado de canas.
Como hijos de Dios, nosotros a veces creamos imágenes de nuestro Padre celestial que no son correctas. Quizá lo vemos como un Dios falto de afecto cuando corrige conductas pecaminosas en nuestra vida. Y, como la disciplina es dolorosa (Hebreos 12:11), podemos suponer que su corrección es una forma de venganza divina o el resultado de su enojo. En realidad, es una prueba de su amor a nosotros. La Biblia dice: «Porque el Señor al que ama, disciplina» (v. 6). Él nos disciplina para nuestro beneficio, para que «participemos de su santidad» (v. 10) y para que experimentemos la paz que surge de vivir una vida recta (v. 11).
Si hoy estás enfrentando la disciplina de Dios, recuerda que no está mirándote con el ceño fruncido ni sacudiendo el puño en venganza. Píntalo como un Padre que se preocupa por ti y que corrige con amor a su hijo en quien se deleita (Proverbios 3:12).
—JBS
Dios disciplina con su mano de amor.

lunes, 20 de agosto de 2012

Cuatro Beneficios de Entender tu Singularidad
por Rick Warren
“¡Gracias por hacerme tan maravillosamente complejo!
Tu fino trabajo es maravilloso, lo sé muy bien.” (Salmos 139:14 NTV)
Una vez que entiendes tu F.O.R.M.A., esto explica cómo responder a la autoridad, la forma de manejar la crítica, cómo hacer frente a la confrontación, la forma de hacer amigos, cómo lidiar con la culpa, ¿por qué te acercas a la gente o por qué no se acercan a ti? Tu F.O.R.M.A. explica lo que te vuelve loco, triste, preocupado, alegre -, ¡porque eres tú!
Hay cuatro beneficios al descubrir y construir tu vida alrededor de tu "F.O.R.M.A" (tu Formación espiritual, las Oportunidades del corazón, los Recursos y habilidades, Mi (tu) personalidad y Antecedentes o experiencias):
Reduce el estrés. Cuando estés seguro de cómo estás formado, dejas de compararte con otras personas. En su lugar, edificas sobre tus fortalezas, reconoces tus limitaciones, maximizas lo que es bueno y no te preocupas por el resto. Es un reductor de la tensión ¡garantizado!

Aumenta el éxito. El éxito no está en hacer un montón de dinero, sino que se trata de conocer la voluntad de Dios y estar justo en el centro de la misma. Se trata de ser lo que Dios quiso que fueras. ¡Es averiguar quién eres y luego ser tú!

Se profundiza la satisfacción. Una vida satisfactoria es cuando estás haciendo lo que estás configurado para hacer. La libertad viene de hacer lo que estás dotado para hacer y disfrutar de lo que Dios te hizo para ser. Cuando construyes tu vida sobre la F.O.R.M.A. de Dios para ti, sientes el amor de Dios mucho más porque estás en armonía con su plan.

Se fortalece la autoestima. Hay una epidemia de baja auto-estima en nuestra sociedad hoy en día. Los estudios dicen que más del 50 por ciento de las personas están mal ubicadas en los puestos de trabajo. Creo que la verdadera autoestima no se construye sobre el pensamiento positivo, sino en dos verdades bíblicas: En primer lugar, le importas a Dios y, en segundo lugar, fuiste moldeado por Dios para un propósito.

Habla Sobre Esto
Una vez que sabes tu F.O.R.M.A., pasa algún tiempo evaluando cómo gastas tu tiempo. ¿Estás buscando actividades o metas para las que Dios te formó específicamente para hacer?

¿Dirías que tienes una vida satisfactoria? ¿Cuál es la base de tu satisfacción o felicidad?
Esfuérzate más o Confía más?
por Jon Walker
“Ustedes viven siempre angustiados y preocupados. Vengan a mí, y yo
los haré descansar. Obedezcan mis mandamientos y aprendan de mí,
pues yo soy paciente y humilde de verdad.” (Mateo 11:28-29a TLA)
A la mayoría de nosotros nos gustaría vivir una vida de calidad extraordinaria, que no sólo sea plena, sino que tenga significado más allá de nosotros mismos. Esa es una de las razones más probables por la cual te convertiste en cristiano, y es exactamente la clase de vida que Jesús promete si lo seguimos.
Entonces, ¿Por qué no sucede? ¿Por qué, en lugar de vidas abundantes, muchos de nosotros terminamos viviendo vidas  de callada desesperación? Vamos a la iglesia; leemos la Biblia; oramos; tratamos de ser buenas personas y servir a otros. Sin embargo, nuestras vidas con Jesús no parecen ser mucho más que otro agregado a nuestras complejas vidas.
Así que intentamos con más empeño vivir la vida abundante. Trabajamos más, oramos más, estudiamos más y tratamos de descubrir que es lo que estamos hacienda mal. ¿No es eso lo que Dios quiere que hagamos?
Todo ese tiempo, Él sigue preguntando: “¿Ya estás cansado de esto?” Mateo 11:28-29 dice “Ustedes viven siempre angustiados y preocupados. Vengan a mí, y yo los haré descansar. Obedezcan mis mandamientos y aprendan de mí, pues yo soy paciente y humilde de verdad.”(TLA)
Jesús nos llama a apartarnos de los “¿cómo?” y de los “¿por qué?” de nuestra vida hacia el ritmo de su gracia, parado frente a nosotros como el Hijo de Dios Encarnado, Jesús, la Palabra de Dios hecha carne. La respuesta a nuestras frustraciones es “Quién”, no “Qué” o “Cómo”.
Cuando tratamos de relacionarnos con Jesús al nivel “qué” o “cómo”, terminamos en el interminable circulo de esforzarnos más por encajar en una ecuación que Dios nunca tuvo la intención de que resolvamos.
En lugar de esforzarnos más, necesitamos confiar más.
Habla acerca de esto
Confiamos en que Jesús quiere que conozcamos su Palabra (Él es la Palabra), y por eso abrimos la Biblia esperando oír de Dios de una manera específica e íntima, dejando de lado  cualquier falso concepto de que la Biblia es sólo un libro de sabiduría que debemos esforzarnos por entender. ¿Cómo se verá transformado tu estudio bíblico sabiendo que es un texto vivo y dinámico que hablará a tu vida específicamente?
DE CADA DOS, UNO FRACASA
por el Hermano Pablo

Oskar y Janet Sinclair, feliz pareja de recién casados, se despidieron de los invitados y partieron para el aeropuerto. Su luna de miel había de ser en Alaska, el estado de intensos cielos azules, de aguas heladas y de nieves perpetuas.
Llegaron a Anchorage, la capital, y a la mañana siguiente hicieron su primer paseo. Al ver un hermoso prado verde, decidieron correr hacia él. Lo que no sabían era que ese bello tapiz vegetal era, en realidad, arenas movedizas, esa peligrosa sustancia de arena suelta, mezclada con agua, que tiende a chupar hacia adentro cualquier objeto que la pisa. Fue así como desaparecieron lentamente en el aguado suelo. Murieron abrazados, al segundo día de casados, en un húmedo lecho de arenas movedizas.
Esta es una historia triste, aunque no del todo. Dos personas que se habían jurado amor eterno murieron sin haber nunca faltado a esos votos.
¿De cuántos matrimonios, hoy en día, se puede decir que terminaron sus días sin faltar a sus votos? La respuesta es asunto de estadística: de cada dos matrimonios, uno termina en divorcio.
El caso de Oskar y Janet se presta para varias reflexiones. Una es la ya mencionada. Fueron fieles el uno al otro hasta el fin de su vida. «Pero —objetará alguien— es porque murieron al día siguiente de haberse casado.» El que así piensa da a entender que lo único que asegura la fidelidad hasta la muerte es morirse tan pronto como se casa, pues los que viven algún tiempo juntos están destinados, tarde o temprano, al divorcio.
Es realmente triste, hasta deprimente, pensar que todo nuevo matrimonio se desbaratará, irremisiblemente, a los pocos días o años de casados. ¿Será esa una fórmula inevitable? ¿Acaso no existe un matrimonio feliz que sea duradero?
Claro que sí. Porque no todo matrimonio termina en divorcio. Es posible llevar una larga y feliz vida matrimonial. Los que hemos celebrado nuestras bodas de oro por haber permanecido casados más de cincuenta años —y algunos hasta más de sesenta años— podemos dar testimonio personal de eso. Cada año que pasa nos depara la oportunidad de reafirmar nuestro amor y nuestra felicidad.
Sin embargo, es necesario que haya una transformación y que esa transformación sea tan profunda que aniquile toda soberbia, rebeldía, orgullo y egoísmo. Cristo es el único capaz de transformarnos de ese modo. Pero tenemos que pedírselo. Él no transforma a nadie por la fuerza. Rindámosle nuestra vida a Cristo. Así en lugar de asegurar el fracaso de nuestro matrimonio aseguraremos más bien su triunfo.
NUESTRO PAN DIARIO
17/08/2012
Están observando
Lectura: Mateo 5:13-16
Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre… —Mateo 5:16
El equipo de un jugador de fútbol profesional estaba pasando por una mala racha, derrotado una semana tras otra. Un periodista le preguntó cómo hacía para seguir motivado para jugar bien y dar lo mejor de sí aunque su equipo perdía casi todos los juegos. Él respondió: «Mi papá está viendo el partido. Mi mamá está viendo el partido. ¡Puedes estar seguro de que voy a dar lo mejor de mí!». Reconocía que había más en juego que el solo hecho de ganar o perder. Había gente mirando, y eso siempre lo inducía a esforzarse al máximo.
Jesús nos recordó esta verdad en los primeros textos de su Sermón del Monte. Debemos vivir nuestra vida teniendo presente que aquellos que nos rodean están observando lo que hacemos… y que este andar visible dice mucho acerca de nuestro Dios. El Señor dijo: «Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos» (Mateo 5:16). ¿Cómo brilla la luz de nuestra vida? Aplicando el corazón y el carácter de Cristo a las situaciones que experimentamos cada día; mostrando compasión hacia los marginados y abandonados, como Él lo hizo; teniendo presente el nombre y la reputación del Padre celestial.
La gente está observándonos. La pregunta es: ¿Qué ven?
—WEC
Deja que tu luz brille… aunque seas una vela en un rincón o un faro sobre una colina.
Responder al Espíritu Santo
por Jon Walker
“A todo puedo hacerle frente, gracias a Cristo
que me fortalece.” (Filipenses 4:13 DHH)
Dios quiere que confíes en su guianza, por lo tanto Él te ha enviado un Guía
Cuando te convertiste en creyente, Dios puso al Espíritu Santo dentro de ti, y Él te ha estado enseñando desde entonces, para que escuches y respondas a la asistencia del Espíritu Santo. El Espíritu Santo es tu Guía, quien anda contigo en el camino. Él conoce cada paso del camino, y entiende las bendiciones y peligros que vendrán. Él sabe donde has estado y donde vas a estar, y Él sabe cual es el mejor camino para tomar.
Este es un tema muy importante para entender, porque Dios nunca quiso que averiguaras por ti mismo los pasos del camino, sin Él. En verdad, cómo te vaya con la misión que te fue encomendada y de la manera que tengas éxito en esa misión, son responsabilidades de Dios. Tu responsabilidad es buscar su guianza y obedecer sus direcciones.
Tu trabajo es confiar en el Señor con todo tu corazón, y no apoyarte en tu propia inteligencia. Su trabajo es marcar tu camino (Proverbios 3:5-6) No tienes que conocer la razón de todas las cosas, y no hay ningún requisito que entender sin antes completar tu misión. Sólo necesitas confiar y obedecer.
Habla Sobre Esto
El Señor dice: “Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti.” (Salmos 32:8 NVI). Piensa en la última vez que te sentiste guiado por el Espíritu Santo. ¿Cómo trabaja el Espíritu Santo en tu vida para mostrarte cuál camino debes seguir?

¿Qué planes de tu camino indican que estás intentando ser un auto guía, en lugar de confiar en la guía experimentada del Espíritu Santo?
La Aprobación de Dios es la Única que Importa
por Rick Warren
“Presta mucha atención a tu propio trabajo, porque entonces
obtendrás la satisfacción de haber hecho bien tu labor y no
tendrás que compararte con nadie.” (Gálatas 6:4 NTV)
La Biblia nos advierte que nunca debemos compararnos con los demás (Gálatas 6:4 NVI). Hay dos razones por las que no debemos compararnos con ninguna otra persona:
Vas a encontrar a alguien que parece estar haciendo un mejor trabajo que tú, y te desalentará, o,
Vas a encontrar a alguien que no parece ser tan efectivo como tú, y te llenarás de orgullo.
Cualquiera de estas actitudes te llevará fuera de servicio y te robará de tu trabajo.
Pablo dijo que es una tontería compararnos con los demás. Él dijo: "No nos atrevemos a igualarnos ni a compararnos con algunos que tanto se recomiendan a sí mismos. Al medirse con su propia medida y compararse unos con otros, no saben lo que hacen."(2 Corintios 10:12 NVI).
La paráfrasis del mensaje traduce: "En todo esto, la comparación y la competencia, pierden el punto" (2 Corintios 10:12).
Te darás cuenta que las personas que no entienden tu FORMA para el ministerio te van a criticar y tratar de conseguir que te ajustes a lo que ellos piensan que debes hacer. ¡Ignóralos!
Pablo a menudo tuvo que lidiar con los críticos que no comprendieron  y difamaron su servicio. Su respuesta era siempre la misma: Evita las comparaciones, resiste las exageraciones, y sólo busca elogios de Dios.
Habla Sobre Esto
¿Estás haciendo las cosas que Dios te ha llamado a hacer? Si te mantienes comparándote con los demás en el ministerio o en el lugar de trabajo, ¿qué piensas que esto dice acerca de tu punto de vista sobre tu vocación?

jueves, 16 de agosto de 2012


¿CUÁL MANO TUVO LA CULPA?
por el Hermano Pablo

Fueron dos manos juntas, dos manos de la misma sangre, unidas firmemente. Pero no eran manos unidas en oración. Esas dos manos empuñaban juntas un revólver. Y juntas dispararon el arma.
El problema del jurado era decidir qué dedo, de cuál mano, fue el que apretó el gatillo. Porque ambos hermanos, Jesse Hogan y su hermana Jean, habían matado a la enfermera Ana Urdiales. El jurado decidió, por fin, que fue el dedo de Jesse el que apretó el gatillo. Así que condenaron a Jesse a muerte.
He aquí un caso dramático. Dos personas, hermano y hermana, empuñan un arma y con ella matan a una enfermera. Ambas manos sostienen el revólver, pero es un solo dedo el que hace el movimiento fatal. A una mano, la que no apretó el gatillo, le corresponde un castigo menor; a la otra, la pena de muerte.
¡Cuántas veces son dos manos las que cometen el delito, pero una sola recibe el castigo! ¡Cuántas veces el mal que se comete es resultado de otros elementos que han contribuido al mal, pero sólo una persona es castigada!
Una persona bajo la influencia del alcohol comete un asesinato, y sólo ella lleva la culpa. Pero ¿qué del fabricante de licores? ¿Qué del que anuncia con llamativa propaganda su veneno? ¿Qué del que vende el licor? Es más, ¿qué de las leyes que autorizan tales ventas? ¿No tienen todos ellos, también, la culpa de ese homicidio?
Una muchacha se escapa de su casa y se hace miembro de una pandilla callejera. Allí prueba drogas. Para tener con qué comprar las drogas, se vuelve prostituta. A causa de la prostitución, contrae SIDA. Así infecta a decenas de hombres que a su vez infectan a sus esposas. Y las que están embarazadas le transmiten el SIDA al hijo que está por nacer.
¿Quién es culpable? ¿La joven infectada? Claro que sí, pero junto con ella tienen la culpa, también, los padres, si no le dieron un hogar amoroso, las pandillas callejeras, los narcotraficantes y los hombres lujuriosos que compraron por una ínfima cantidad de dinero el cuerpo y el alma de aquella mujer.
Nadie peca solo. Todo lo que hacemos tiene repercusiones enormes. El pecado de Adán ha manchado la vida de toda la humanidad de todo tiempo y de todo lugar. Nadie peca solo.
Sólo Dios puede hacernos cambiar nuestra conducta. Lo hace cuando cambia nuestra vida. A esto Cristo lo llama «nacer de nuevo». Busquemos el perdón de Dios. Cuando Él limpia nuestro corazón, la semilla que sembramos produce vidas sanas y puras.
EL CONEJO Y EL PERRO
por Carlos Rey

Un hombre les compró a sus hijos un conejo. Los hijos del vecino, viendo lo mucho que sus amiguitos se divertían con el conejo, le pidieron una mascota a su papá. El padre, en lugar de comprarles un conejo, les compró un cachorro de pastor alemán.
El vecino protestó:
—¡En el momento menos pensado, ese perro se comerá mi conejo!
—De ninguna manera, mi pastor es cachorro. Crecerán juntos y serán amigos. Yo sé mucho de animales. Ya verás que no habrá problema alguno.
Con el paso del tiempo, parecía que el dueño del perro tenía razón. Los dos animales crecieron juntos y se llevaron muy bien. Con frecuencia se encontraba el uno en el patio del otro.
Los niños, por su parte, observaban contentos cómo sus mascotas vivían en armonía.
Un viernes, el dueño del conejo fue a pasar el fin de semana en la playa con su esposa y sus hijos. Ese domingo por la tarde, mientras merendaban el dueño del perro y su familia, entró el pastor alemán en el comedor donde se encontraban. Traía al conejo entre los dientes, sucio de sangre y de tierra... y muerto. Los dueños del perro, al verlo, casi lo matan de tantos golpes que le dieron.
—¡El vecino tenía razón! —exclamó el padre, muerto de pena—. ¿Ahora qué vamos a hacer?
Todos se miraron perplejos. Los vecinos llegarían en pocas horas. El perro, llorando afuera, lamía sus heridas.
De pronto, a la madre se le ocurrió esta idea:
—¿Por qué no bañamos el conejo, lo secamos con la secadora y lo ponemos en su casita en el patio?
Como el conejo no estaba en muy mal estado, así procedieron. Hasta perfume le pusieron al animalito.
—Parece que estuviera vivo —observaron los niños.
Cuando volvieron los vecinos, encontraron a su mascota en su casita en el patio, con las paticas cruzadas, como si estuviera durmiendo. ¡Qué gritería la de aquellos niños!
El dueño del conejo, pálido del susto, fue a tocar a la puerta del vecino. Parecía que había visto un fantasma.
—El conejo... el conejo... —dijo su dueño tartamudeando— murió... murió...
—¿Murió?
—¡Sí, murió el viernes!
—¿El viernes?
—¡Sí, antes de salir de viaje! Los niños lo enterraron en el fondo del patio. Ahora...
No podemos menos que imaginarnos al pobre perro, desde el viernes hasta el domingo, buscando en vano, con el olfato, a su amigo de la infancia... hasta que al fin lo encuentra, lo desentierra, y se lo lleva a sus dueños, para dar parte del triste incidente.
La lección que aprendemos de esta anécdota es evidente: No nos apresuremos a juzgar. Por algo dice el refrán: «Muchas cosas parecen sin razón, que quien las sabe, buenas son.» Analicemos bien antes de juzgar a los demás y de emitir ciertos —o inciertos— juicios. Porque Cristo nos advierte que tal como juzguemos se nos juzgará, y con la medida que midamos a otros, se nos medirá a nosotros.1