lunes, 7 de enero de 2013

Enseña y Predica con Convicción Bíblica
por Rick Warren
“Nosotros damos a conocer a Cristo a todos, aconsejándoles y enseñándoles con toda la sabiduría que Dios nos da, pues queremos presentarlos a todos ante Dios espiritualmente maduros en Cristo.” (Colosenses 1:28 PDT)
La tercera medida de crecimiento espiritual es convicción.  Los diccionarios definen convicción usualmente como “certeza de lo que se piensa o se siente”. Convicción es en realidad mucho más que eso. Tus convicciones incluyen tus valores, compromisos y motivaciones. Me agrada la definición que escuché de Howard Hendricks: “Una creencia es algo de lo que argumentarás, una convicción es ¡algo por lo que morirías!”.  Nuestras convicciones determinan nuestra conducta. Ellas nos motivan a actuar de cierta manera.
Cuando fuiste cristiano por primera vez, hacías cosas solo porque otros cristianos te lo sugerían o te lo mostraban. Podías orar, leer la Biblia y asistir a los servicios porque eso es lo que hacían los otros. Esto está bien para un recién convertido. Los niños pequeños aprenden de la misma manera. Sin embargo, mientras creces, debes desarrollar eventualmente tus propias razones para hacer lo que haces. Esas razones se convertirán en convicciones. Las convicciones bíblicas son esenciales para el crecimiento y madurez espiritual.
Una persona sin convicción está a merced de las circunstancias. Si no determinas que es importante y como vivirás, otras personas lo harán por ti. Una persona sin convicción es débil, los individuos tipo “medusa” son aquellas que incomprensiblemente siguen la corriente. Creo que Pablo hablaba de convicción cuando en Romanos 12:2 dice: “no se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente”.
La Iglesia debe enseñar convicciones bíblicas para contrarrestar los valores seculares a los que los creyentes están expuestos constantemente. Como dice el viejo refrán, si no defiendes algo, caerás por cualquier cosa. La ironía de hoy en día es que la gente tiene fuertes convicciones sobre temas intrascendentes (futbol, moda, etc.), mientras que tienen débiles convicciones sobre asuntos trascendentales (que está bien, que está mal).
Saber qué hacemos (conocimiento), por qué lo hacemos (perspectiva), y cómo hacerlo (habilidad) no tiene ningún valor si no tienes la convicción que te motive para efectivamente hacerlo.
La vida de Jesús fue dominada por la convicción de que Él había sido enviado para cumplir la voluntad de su Padre. Esto produjo una profunda conciencia del propósito de su vida, que lo previno de ser distraído por la agenda de otros. Estudia las veces que Jesús usó la frase: “Debo…”, para obtener una idea de las convicciones que Él sostenía. Cuando la gente tenga convicciones como Cristo también tendrán un sentido de propósito en la vida.
Convicción es también una cualidad atractiva. Esto explica la popularidad de muchos cultos. Sus creencias eran equivocadas y a menudo ilógicas, pero ellos las creían con una convicción intensa. En contraste, con las iglesias sin convicciones claras ni fuertes, nunca obtendrán el nivel de compromiso que Cristo merece. Debemos enseñar y predicar con convicción.
¿De qué hablas con verdadera convicción?

¿Cómo podrías cambiar tu efectividad en el ministerio y el evangelismo si hablas con más convicción acerca de estas cosas?

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