miércoles, 15 de mayo de 2013

Consejos para nuestro crecimiento Diario

Soneto a Cristo crucificado. No me mueve, mi Dios, para quererte el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte. ¡Tú me mueves, Señor! Muéveme el verte clavado en una cruz y escarnecido; muéveme ver tu cuerpo tan herido; muévanme tus afrentas y tu muerte. Muéveme en fin, tu amor, y en tal manera que aunque no hubiera cielo, yo te amara, y aunque no hubiera infierno, te temiera. No me tienes que dar porque te quiera, pues aunque lo que espero no esperara, lo mismo que te quiero te quisiera. Santa Teresa. “Que lo que nos mueva a amar a Dios sea solo amarlo, teniendo siempre nuestra atención fija en su infinito Amor, porque Dios nos ha amado primero. Entonces se formó una nube que les cubrió con su sombra, y vino una voz desde la nube: «Este es mi Hijo amado, escuchadle.» Marcos 9, 7. Oración: “Mi Señor ven con tu Poder a iluminarnos la vida y enseñarnos el camino, necesitamos de tu Presencia Señor para saber mirarte, escucharte y seguirte, toma Señor nuestra intención de amarte, y llévanos siempre hacia tu Perfecto Amor” Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario