viernes, 30 de noviembre de 2012

Da Gracias, porque Dios esta trabajando

“Otro de sus discípulos, Andrés, que era hermano de Simón Pedro, le dijo: —Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?” (Juan 6:8-9 NVI)
Hemos estado hablando acerca de cómo es nuestra capacidad de dar gracias a Dios basados en la capacidad de ver su participación en nuestra vida y de entender que las cosas no vienen a nosotros por coincidencia.
¿Fue una coincidencia que este muchacho (Juan 6:8-9), estuviera entre la multitud que escuchaba a Jesús? ¿Fue una coincidencia que el muchacho tuviera "cinco panes de cebada y dos pescados"? Y ¿Somos diferentes a este muchacho, que miraba la grandeza del problema en vez de mirar la grandeza de Jesús?
He aquí una historia más para mirar a Dios ayudándote en concentrarte hoy en las muchas maneras en que Dios provee para ti. Cuando vendí mi casa por una gran pérdida, yo sabía que lo que quedaba "ciertamente no era suficiente" para alquilar incluso un apartamento de un dormitorio.
Y luego Dios me puso en contacto con los amigos de mis amigos. David Moffitt y Susan, que se había mudado a una casa nueva y no vendieron su casa vieja. Estaban dejando a alguien vivir en la casa, pero esa persona se iba pronto, y Susan me sugirió que condujera a ver si estaría interesado en vivir allí. Ella dijo: "El camino esta un poco en mal estado, pero si una casa tuviera carácter, ésta lo tendría."
Así que manejé a través de un vecindario de adultos mayores, casas de lujo, en una calle bordeada de árboles. Al final de la calle, pude ver una casa blanca con una cerca blanca. Parecía como si estuviera parado en el medio de la calle, pero, cuando me acerqué, pude ver que era un efecto visual porque el camino dio un giro brusco a la derecha justo en frente de la casa.
Era una vieja casa de campo de 1940, puesta como un oasis de dos acres en el centro de los suburbios. Ingresé en la entrada de tierra y ésta me dirigió a la parte delantera, junto a la cerca blanca.
Justo cuando me detuve en el carro, tres venados salieron detrás de un seto grande y se quedaron a unos metros de mí. Y - No estoy bromeando - justo en el momento, la versión de Amy Grant de "Vuelve a casa por Navidad" comenzó a tocar en la radio.
Más tarde, llamé a Susan y le dije que me gustaría hablar sobre la mudanza a la casa. Vacilé y luego pregunté: "¿Cuánto estás planeando cobrarme?" Ella dijo: "Oh, no estábamos planeando no cobrar nada. Estamos contentos si podemos bendecirte”.
  • ¿Cómo Dios ha provisto para ti este año?
     
  • Pídele a Dios que te muestre las cosas que en el último año has descrito como coincidencia, pero en realidad era Dios obrando en tu vida.

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