sábado, 4 de agosto de 2012

Jesús nos Ofrece Misericordia, No Condenación
por Jon Walker
"Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos
a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha
liberado de la ley del pecado y de la muerte." (Romanos 8:1-2 NVI)
No importa lo que hayas hecho, en Cristo no hay condenación. Él se sienta a la diestra del Padre, no como un acusador, sino como un defensor dispuesto a dar su vida por ti.
Dios comenzó el trabajo para traerte de vuelta a su presencia mucho antes de que tú nacieras. Dios sabe que no puedes hacer el viaje a casa por tu propia cuenta, así que mientras  "éramos incapaces" Cristo murió por ti. (Romanos 5:6 NVI)
Jesús nos ofrece misericordia, no condenación. Él dice: "lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios" (Mateo 9:13 NVI). Su objetivo es traerte de vuelta a la intimidad con el Padre, así que no está interesado en hacerte saltar por aros para demostrar que eres digno o para ganar de nuevo el amor de Dios.
Imagínate a Él diciendo: "Estas cosas que ofreces hacer y las promesas que deseas hacer a cambio de su perdón,  son sólo  ofertas que te ayudarán a deshacerte de tu culpabilidad. Prefiero darte el perdón y la gracia como un regalo; Misericordia quiero y no estos sacrificios que te hacen arrastrar con la esperanza de ganar de nuevo mi amor. ¡Nunca perdiste mi amor!"
"Mi propósito no es condenar, sino dejar mi vida correr libre dentro de ti, a la vez que el Espíritu Santo te conecta directamente al Padre" (Romanos 8:1-2 NVI, paráfrasis del autor).
"Además, no puedes lavar todas las manchas. Así pues, deja que lo haga por ti. Mi sangre será el blanqueador para lavarte blanco como la nieve, y mi Espíritu empezará a vivir directamente en tu corazón."
Ahora envueltos en Cristo, no encontramos ninguna condena y somos capaces de acercarnos "confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos." (Hebreos 4:16 NVI).
Cuando sientes condenación que viene hacia ti como un torrente furioso, párate sobre la Roca, quien dijo: "Ya no te condeno. Vete y no peques más "(Juan 8:11 NVI, con paráfrasis del autor).
Hable sobre el tema
Identifica  las formas en que has estado tratando de ganar la aprobación de Dios o de hacer sacrificios con el fin de compensar tu sentimiento de culpa.
¿Como sería tu vida si aceptaras la misericordia de Dios y consideraras a Dios tu defensor y no tu acusador? ¿Cómo cambiaría tu vida?

No hay comentarios:

Publicar un comentario