miércoles, 15 de agosto de 2012

NUESTRO PAN DIARIO
14/08/2012
Valdrá la pena
Lectura: Hebreos 11:8-16
Pero en realidad, anhelan una patria mejor, es decir, celestial… —Hebreos 11:16 lbla
Nos preguntábamos por qué una amiga nuestra seguía viajando a Hobart, Tasmania. Hace poco, nos invitó a ir con ella. Desde el aeropuerto, pasamos en el automóvil por un puente, la ciudad y algunos suburbios. Nada llamativo; pero seguimos avanzando. Después de ascender lenta y abruptamente por curvas cerradas y difíciles, vimos abajo el perfil de la costa. Seguía siendo una vista común y corriente.
Pero, cuando llegamos a nuestro destino después de conducir por la empinada carretera, apareció el espectacular panorama de la ciudad. ¡Aun el puente por el que habíamos pasado y que parecía tan gris lucía hermoso! Ahora sabíamos por qué iba ella tanto a aquel lugar.
La vida de los pioneros de la fe, en Hebreos 11, tenía sus «curvas cerradas» y sus situaciones «rutinarias», pero ellos seguían avanzando. ¿Cuál era su destino? El cielo, «la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios» (v. 10).
Esther K. Rusthoi escribió sobre nuestro viaje al cielo en su himno «Cuando veamos a Cristo»:
Todo valdrá la pena cuando veamos a Jesús;
Las pruebas de la vida parecerán pequeñas cuando veamos a Cristo;
Un solo atisbo de su querido rostro borrará toda tristeza;
Así que, ¡valientemente corre la carrera hasta que veas a Cristo!
Aunque la vida sea rutinaria o difícil, sigue adelante. Al final del viaje, verás el lugar asombroso que Dios nos ha preparado. ¡Y todo habrá valido la pena!
—CPH
El gozo del cielo compensará con creces las dificultades de la tierra.

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