miércoles, 12 de septiembre de 2012

Conócete a Ti Mismo
por Rick Warren
“Jesús se dirigió a la gente, y les dijo: Yo soy la luz
del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas,
sino que tendrá la luz de la vida.’” (Juan 8:12 NVI)
Cuando Jesús dijo: "Yo soy la luz del mundo", se estaba definiendo a sí mismo. Él estaba diciendo: "Yo sé quién soy." Más de 18 veces en la Biblia, Jesús dice: "Yo soy" y luego da una descripción. Él mismo se describe como la puerta, el pan de la vida, el camino, la verdad, la resurrección y la vida. Una y otra vez, Él se define a sí mismo. Jesús sabía quién era y, como consecuencia, no estaba bajo presión.
Este es el principio de identidad. Siempre y cuando no estés seguro de tu identidad, vas a ser presionado para encajar en los moldes de otras personas. Ellos te manipularán. Ellos tratarán de hacer de ti lo que piensan que deberías ser en lugar de lo que Dios te hizo ser.
Una de las principales causas de estrés viene de tratar de ser alguien que no eres. Cuando tienes miedo de que alguien vaya a descubrir lo que realmente eres, entonces no podrás ser capaz de mantener la fachada, esto causa estrés.
La única manera de contrarrestar las presiones externas, es tener un sentido interno de satisfacción acerca de quién eres  y quien Dios te hizo ser. Descubres quien eres al saber de quién eres.
La Biblia dice que fuiste creado por Dios. Eres amado profundamente por Él. Eres aceptado tal como eres. Él tiene un plan para tu vida. Hasta que no resuelvas este problema de identidad, estarás inseguro y presionado por el estrés. No puedes servir a otras personas hasta que no soluciones este problema.
Jesús constantemente hizo cosas que sorprendían a todos los demás. Se puso debajo de otros y les sirvió. Ninguno de los otros discípulos hubiera pensado en lavar los pies del otro en el Cenáculo debido a su inseguridad. Pero Jesús siempre sirvió desde una posición de fuerza. Sabía quién y de quien era, por lo que no importaba que Él se humillara para servirles.
El servicio viene de la autoestima. Hasta que no superes tu inseguridad y te sientas bien acerca de ti mismo, no te darán ganas de ayudar a los demás. Ten seguridad en quien eres y de quién eres para que puedas servir a otros efectivamente.
Habla sobre el tema
¿Cuáles son las diferencias en lo que el mundo y los otros dicen acerca de ti y lo que crees que Dios dice de ti?

¿En la opinión de quien deseas basar tú autoestima? ¿Cómo va a afectar esa decisión la forma de servir en el ministerio?

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