sábado, 29 de septiembre de 2012

No te des por vencido: Rechaza Estar Amargado
por Rick Warren
“Job dijo: ‘Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo estaré cuando me vaya. El Señor me dio lo que tenía y el Señor me lo ha quitado. ¡Alabado sea el nombre del Señor!  A pesar de todo, Job no pecó porque no culpó a Dios’” (Job 1:21-22 NTV)
El dolor es parte de la vida, pero no puedes dejar que un período  de dolor se transforme en un estilo de vida de dolor. En algún momento debes dejarlo ir.
Hay una diferencia entre duelo y gemido y entre llorar y echarse a morir. Una pérdida puede calarme hondo, pero eso no significa que pueda definirme. Una pérdida es parte de mi maduración, pero no de mi identidad.
Dios te da la gracia para atravesar lo que estás pasando. Otros no tienen esa gracia, así que tal vez te den un consejo erróneo.
“Su esposa le dijo: « ¿Todavía intentas conservar tu integridad? Maldice a Dios y muérete». Sin embargo, Job contestó: «Hablas como una mujer necia. ¿Aceptaremos sólo las cosas buenas que vienen de la mano de Dios y nunca lo malo?». A pesar de todo, Job no dijo nada incorrecto” (Job 2:9-10 NTV).
Job rechazó estar amargado y resentido. La amargura prolonga el dolor. No lo alivia; sólo lo refuerza. “Cuídense unos a otros, para que ninguno de ustedes deje de recibir la gracia de Dios. Tengan cuidado de que no brote ninguna raíz venenosa de amargura, la cual los trastorne a ustedes y envenene a muchos” (Hebreos 12:15 NTV).
Job nos da tres pasos para re-enfocarnos:
1. Pon  tu corazón correcto: Eso significa que perdonas. Puedes decir: “¡Pero yo no puedo perdonar!”, por eso necesitas a Cristo en tu vida; Él te da el poder para perdonar.
2. Acércate a Dios: pídele que venga a tu corazón, sane esas heridas, te  ayude y te de fuerzas para mañana, la semana que viene, el mes que viene.
3. Enfrenta al mundo de nuevo, firme y valiente. Muchas personas, cuando están heridas, se cierran en un caparazón. Dicen, “¡No volveré a dejar que nadie me lastime!” Se aíslan de la vida. Job dice que hagamos exactamente lo opuesto. Retoma tu vida, no te retires de ella. Vuelve a salir fuera al mundo.
Hay un final feliz en la vida de Job. “El Señor bendijo más los últimos años de Job que los primeros…” (Job 42:12 NIV). Job atravesó todo ese dolor, pero, a pesar de eso, Dios bendijo la última parte de su vida aún más que la primera.
¿No te gustaría que tu vida fuera así? Que digas, “Dios, no me importa si me quedan cinco años o 50. ¿Bendecirías la última parte de mi vida más que la primera?”
La lección de la vida de Job es esta: no importa quién te hirió o cuánto tiempo hace que estás en dolor o cuan profundo te han herido. Dios puede hacer del resto de tu vida lo mejor de tu vida, si estás dispuesto a perdonar, a dejar ir el resentimiento y a soltar la persona que causó tu dolor.
Habla acerca de esto:
Cuando estamos atravesando por el dolor, ¿por qué te parece que es más fácil apartarnos que estar con las personas que nos ayudarán a salir adelante?

¿Qué quieres que Dios te ayude a lograr en el resto de tu vida? ¿Qué necesitas soltar para que Dios pueda trabajar plenamente a través tuyo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario