miércoles, 19 de septiembre de 2012

Mantente Firme en la Verdad de Dios, no en la Opinión de Otros
por Rick Warren
“Si tienes miedo de la gente, tú mismo te tiendes una trampa;
pero si confías en Dios estarás fuera de peligro.” (Proverbios 29:25 TLA)
Es difícil tomar partido por la verdad de Dios cuando estás demasiado preocupado con lo que los demás piensan de ti. Cuando nos preocupamos acerca de lo que piensan los demás, dejamos que ellos nos controlen. Perdemos mucho tiempo y energía tratando de averiguar lo que otros quieren que seamos. Luego, se pierde mucho tiempo y energía tratando de llegar a ser eso en lugar de ser lo que Dios nos creó para ser.
Preocuparse por lo que otras personas piensan es peligroso porque somos más propensos a ceder a las críticas. Esto significa que no siempre hacemos lo correcto, sino que hacemos lo que todo el mundo quiere que hagamos. Y lo que todo el mundo quiere hacer a menudo es contrario a lo que la verdad de Dios te impulsa a hacer.
También estamos en peligro de perdernos lo mejor de Dios. Estamos tan preocupados por lo que los demás quieren que hagamos que no podemos para pensar que quiere Dios que hagamos.
Hecho # 1: No puedes complacer a todo el mundo. Ni siquiera Dios puede complacer a todo el mundo. Una persona ora para que llueva, y otro ora para que sea soleado. En un campeonato, los dos equipos están orando que ganen. ¿A quién le va a contestar Dios? Dios no puede complacer a todo el mundo. Sólo un tonto trataría de hacer lo que ni siquiera Dios puede hacer. No se puede complacer a todo el mundo.
Hecho # 2: No es necesario complacer a todo el mundo. Hay un mito que dice que debes ser amado y aprobado por todo el mundo para ser feliz. Eso no es cierto. No tienes que complacer a todos con el fin de ser feliz en la vida.
Hecho # 3: El rechazo no va a arruinar tu vida. Eso duele, claro. No es divertido. Es incómodo. Pero el rechazo no va a arruinar tu vida a menos que lo permitas.
¡Deja de tratar de complacer a todo el mundo! Recuerda que nadie puede hacerte sentir inferior a menos que se lo permitas a él o ella.
El apóstol Pablo dice: “Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros?” (LBLA). Esto significa que podemos pensar de esta manera: “Dios me quiere, y yo me quiero, y si no te gusto, entonces tienes un problema. Si le gusto a Dios, ¿A quien le debe importar si alguien no aprueba lo que hago?”
Recuerda, nada de lo que alguna vez hagas, hará que Dios te ame menos. Nada de lo que alguna vez hagas, hará que Dios te ame más. Él te ama completamente en este momento. Ese tipo de inyección de confianza debe darte el valor que necesitas para tomar una posición.
Habla Sobre Esto
¿A quién has estado tratando de complacer?

¿Cómo tu preocupación en complacer esta persona te ha alejado de defender lo que sabes que es verdad?

No hay comentarios:

Publicar un comentario